—Nunca creí que llegaría el día donde me llevarías a una cita a ciegas —comentó Baji, pasando su brazo por sobre los hombros de Mikey, quien rodó los ojos por su declaración—. Creí que habíamos acordado no tener nada serio con nadie y todo eso en la secundaria... Mírate ahora, todo un hombre con correa en el cuello.
—Cállate, Baji —gruñó el Omega, buscando entre las calles el lugar que Takemichi indicó para la fiesta de su amigo. El Alfa continuaba riéndose, pero lo ignoró—. Mejor ayúdame con esto. Soy terrible con las direcciones.
—Yo utilizo esa app que te dice por dónde ir —se encogió de hombros—. ¿Quién sigue mandando invitaciones hechas a mano hoy en día?
—Takemitchy.
Siguieron avanzando, preguntando en algunas ocasiones. De alguna manera, parece que llegaron al barrio correcto, porque una anciana se ofreció a guiarlos. Comenzó a hablar maravillas del chico que Mikey ni siquiera estaba interesado, pero asentía con la cabeza cada vez que ella preguntaba algo.
—... Él y su pareja son tan lindos. Aunque no los he visto juntos últimamente, ¿son amigos de ustedes? —preguntó la anciana y eso atrajo la atención de Mikey.
Baji lo notó y sonrió, porque él si escuchó atentamente todo lo que había explicado anteriormente. Y sabía que esa pareja no era otro que el chico de Mikey.
—Hemos sido invitados a su fiesta —respondió el Alfa, sonriéndole cortésmente—. ¿Su pareja es el pelinegro que mencionó antes? ¿Ese de ojos azules que siempre venía a verlo o lo esperaba afuera de la puerta, incluso en días lluviosos?
Sí. Todos esos detalles había soltado la anciana y Mikey ni enterado.
El Omega puso su semblante más serio, mirando a la mujer con los ojos entrecerrados y arrugando un poco la nariz. Ella tragó saliva ante la atención, dudando un poco sobre si seguir o no hablando.
—Sí... —contestó dudosa. Sentía haberse metido en problemas y lo peor, es que no sabía si eran graves o no—... Las últimas semanas no los he visto juntos más de una ocasión. Yo... —miró al frente, sonriendo aliviada—... Ya hemos llegado, es en el apartamento de la esquina —señaló, despidiéndose—. Tengan un buen día.
Baji se echó a reír tan pronto como la mujer se fue. La pobre anciana, víctima de los celos de Mikey, se alejó tan pronto como pudo a pasos rápidos, como si fuera joven y pudiera correr un maratón.
—No es gracioso —replicó el rubio, tomando la mano del pelinegro y apartándola.
—Oh, vamos, Mikey. Admítelo. Fue divertido.
—No, no lo fue.
—No te sirve negarlo, ya hiciste tu escena de celos —se encogió de hombros, soltando una risilla cuando Mikey comenzó a caminar más rápido—. ¿Acaso es mentira? Todos los vimos, amigo.
El Omega se quedó en silencio, avanzando sin preocuparse por Baji. Ya sabía que traerlo era mala idea, pero Emma, su hermana, había decidido que podía ser una opción y debería preguntar. Para su mala suerte, ya ves, no lo fue.
El chico, seguramente, seguiría intentando avergonzarlo, sin importar que pasase.
Suspiró, tocando el timbre de la puerta del que (supone) es el lugar donde Takemichi había invitado a todos. Baji se acercó por detrás y su silencio le dio una mala espino. Miró de reojo al Alfa, entrecerrando los ojos en su dirección. Él levantó las manos, demostrando que no planeaba hacer nada.
Sí, claro.
Cuando escucharon movimiento al otro lado de la puerta, Mikey sintió la respiración de Baji en su cuello y el pelinegro lamió sus glándulas de olor, como si fueran un dulce. Eso lo tomó por sorpresa y, por instinto, levantó el brazo y lo golpeó con el codo, apartándolo.

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Nameless [Omegaverse | TakeMikey/MiTake]
FanficTakemichi no esperaba que una noche en un bar diera un giro a su vida. Ahora tiene a Mikey y una relación a la que no quiere ponerle nombre, además de una constante sensación de vacío. ¿Esto tendrá algo que ver con ser un Beta y enamorarse de un Ome...