Epílogo

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3 años después.

—Así que...— Murmuró Taemin, uno de los compañeros de Jimin de su clase de Literatura. —¿Harás algo el sábado?

Jimin suspiró para sus adentros. Estaba cansado de los intentos de flirteo de Taemin.

—Taemin, voy a decirlo por última vez. Tengo novio. —Masculló, aferrando sus libros entre sus brazos y caminando fuera del edificio.

—Lo sé, lo sé, es que... Ese tipo no parece...

Jimin frunció el ceño, girándose con una ceja arqueada.

—¿No parece qué?

—Adecuado para ti. —Farfulló Taemin finalmente, con las mejillas encendidas.

Lee Taemin podía ser muy simpático, y Jimin lo adoraba. Había sido su único amigo estable en la Universidad durante los últimos dos años, y era su compañero para todos los trabajos en pareja.

Era un chico genial. Bueno, era genial hasta que empezaba a decirle que su novio no era adecuado para él.

Jimin soltó una risita intentando restarle importancia al comentario.

—Taemin, no lo conoces. —Aseveró, caminando hacia donde se divisaba el coche de Namjoon, que seguramente Jungkook había tomado sin permiso, a lo lejos.

—Pero es que asusta, Jimin. Con todos esos tatuajes y la cara de chico malo. —Murmuró, observando a Jungkook con el ceño fruncido, que se encontraba apoyado tranquilamente sobre el automóvil.

—Oh, no te preocupes. Por dentro es un osito de felpa. —A decir verdad, Jungkook desde allí parecía de todo menos un osito de felpa, todo cuero negro y Ray—Bans.

Taemin le echó otra miradita y se giró para mirarlo con el ceño fruncido.

—Jimin, he visto este tipo de relaciones. Algunas personas, siempre andan detrás de ese tipo de chicos malos, y las cosas no terminan bien, en serio. Ellos se vuelven violentos, o son drogadictos y...

—Taemin, Taemin. —Jimin se frenó en el camino, girándose hacia su amigo. —Entiendo tu preocupación, de veras, y lo aprecio. Pero Jungkook no es así, no lo conoces.

—He visto lo suficiente. —Masculló, enfadado.

Bueno, podría decirse que sí. Obviamente, Jungkook se había negado a que Jimin fuera a la casa de Taemin a hacer sus trabajos, así que este último había tenido que ir a su departamento cada vez que tenían que trabajar en algún proyecto.

Jungkook se limitaba a saludarlo con un escueto hola, y se alejaba, pero siempre los tenía a la vista, no vaya ser que al pendejo se le ocurriera intentar algo.

Taemin nunca había mostrado ningún interés por el frente a Jungkook, y Jimin, obviamente, nunca le había contado de sus intentos por invitarlo a salir, pero de alguna forma, su novio no confiaba en Taemin, y siempre lo observaba con los ojos entrecerrados cuando lo veía venir.

—Has visto que es celoso. —Respondió el, con una sonrisa, intentando que se le pasara en el enfurruñamiento. —Y lo es. Pero no es drogadicto, ni alcohólico, ni violento. Sólo es un chico algo posesivo, igual que todos, admítelo. —Taemin rodó los ojos y bufó, y Jimin soltó una carcajada. —Arriba, hombre, que vi cómo te mira Lisa entre clases y sé que la araña te tiene en la mira. —Bromeó, golpeándole el hombro de manera juguetona.

Taemin soltó una risita y le echó otra mirada a Jungkook.

—Ve, que tu chico malo se está impacientando. —Jimin se giró para ver a Jungkook tamborilear sobre el capó del auto, inquieto, y sonrió con dulzura.

Tattoo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora