Hechos para estar juntos. [Soukoku/Shin Omegaverse]

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Akutagawa's pov.

Lo cierto es que yo ya conocía a Jinko. No es nignún motivo turbio o algo por el estilo, sino que en varias de mis escapadas siguiendo a Dazai-san, pude verlo junto a él. He de decir que desde el primer momento llamó mi atención, aunque no quería dársela. Llegué a creer y confirmar que solo estaba celoso, que yo quería estar en su lugar para que Dazai-san me prestara toda su atención.

Por ese motivo, comencé a investigarle. No era muy complicado conocer la vida de alguien en este lugar, teniendo en cuenta que, desde que algo es conocido por cualquier individuo, al día siguiente todos, todos, lo sabían. Es por ello que pagué para conocer su identidad y la razón por la que Dazai-san había decidido juntarse con alguien como él. De por sí, ya estaba sorprendido de su repentina relación con el ruso. De hecho, cuando me enteré de lo sucedido, pude sentirme un poco mal porque pude haberle avisado.

Nikolai, el omega con el que Fyodor engañó al castaño, trabajó junto a mí durante mucho tiempo. Se podría decir que incluso éramos amigos-si le preguntan a él-. Este chico era alguien muy hablador, que a ratos parece que bromea pero habla totalmente en serio, y de esta manera me iba comentando los planes que la rata de Fyodor le había confiado. Yo pude advertir a Dazai-san sobre todo aquello, pero cada vez que me acercaba a él, me ignoraba o no me dejaba explicarme. Así que me rendí, no encontré otra solución.

Y es por eso que ahora conozco información que no debería. El otro día me volví a encontrar con Nikolai, que me explicó lo que ocurrió entre los tres y el porqué se ha distanciado de Fyodor. Me dijo que discutieron por motivos románticos que no comprendí y por haberse metido en sus próximos planes. Al parecer, el omega pelirrojo que me amenazó con partirme las pierna sería su siguiente objetivo. No pudo averiguar por qué exactamente, sólo encontró el historial de su vida. Por ello estaba en busca de Dazai-san. Lo encontré a unas horas deprimentes de la media mañana.

-Dazai-san, ¿no tiene clase?

-Sí, no me apetece ir-dijo sin interés-. ¿Qué quieres?

-Hablar. Es importante.

-No me interesa lo que tengas que decir-dijo incorporándose. Se encontraba tumbado boca arriba encima de una azotea.

-Se trata de un amigo tuyo, el pelirrojo-al escuchar eso, frenó en seco y me sorprendí más de lo esperado.

-No es mi amigo‐aún así abrió los ojos-. Habla-dijo sin voltearse. Así le hablé sobre lo que había hecho antes de venir a este lugar-. Dime algo que no sepa ya.

-Fyodor lo va a utilizar, no sé cómo, pero lo hará.

-Comprendo. Mantenme alerta de lo que te enteres por ahí-y dicho eso desapareció del lugar. Yo me quedé reflexionando sentado un rato más. No se le veía realmente preocupado, pero al menos interesado en mis palabras. Eso sí que me había asombrado. Podía jurar que era la primera vez en mucho tiempo que parecía que teníamos una conversación decente.

Nunca había entendido por qué Dazai-san tenía una actitud cómica y divertida con todos y jamás lo había sido conmigo. Por supuesto que creí que algo había hecho yo o que era mi problema, que tal vez creía que no podría comprender sus bromas. Sin duda no soy alguien que se ríe con facilidad o que se la pasa contando chistes, pero no entendí nunca la indiferencia que me hacía. Supongo que no podemos caer bien a todos.

Por otro lado, pasaba exactamente lo contrario con Atsushi. Yo quería odiarlo en principio, por la envidia que sentía en él, los celos que me provocaban verlo junto al que yo había perseguido por tanto tiempo, para ganarme su respeto o admiración. En cambio, yo sabía que esta oportunidad en la que sentí repentinamente su llamada no podía ser desperdiciada. Es por ello que decidí darle la oportunidad a lo que nunca tuve en cuenta. Yo también quería sentir lo que los demás decían que sentían con sus parejas. O al menos quería tener a alguien con quien pasar el tiempo. Siempre estaba solo, por ello esperaba que al acercarme a Atsushi pudiera encontrar algunas amistades, aunque ni siquiera supiera qué decir.