Capítulo 3

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― Jefe, es hora― Mara entró a la oficina del líder, vestida de forma empresarial y con una carpeta gruesa de color gris con varios papeles llenos de nombres de diferentes personas, ― ¿Recuerda los nombres de las personas de la reunión? ―.

Un suspiro de cansancio y resignación salió del abogado mientras se ponía de pie y estiraba los brazos junto con su espalda, pareciendo aún más alto de lo que era. Mara lo observó un momento mientras asentía, dando su aprobación total y completa, al notar eso el abogado volvió a suspirar aunque esta vez fue de forma más pesada.

― ¿Hay algo malo en mi ropa? Vani me hizo usar esto por la reunión― sacudió suavemente su saco color azul marino y abotonó el chaleco gris oscuro que resaltaba sobre una camisa blanco puro, un pantalón del mismo color que el saco y unos zapatos elegantes color negro perfectamente limpios eran lo último que terminaban aquel conjunto.

Mara negó y continuó parloteando sobre los posibles nuevos socios para el bufete y a las personas que debía evitar porque tuvieron roces con los Meyer anteriormente y no había que causar un revuelo innecesario al igual que uno y otro regaño para que se dejara el cuello de la camisa en paz.

Después de escuchar a la gemela menor por más de 10 minutos repitiéndole constantemente los nombres de los integrantes de la fiesta y que no hiciera nada que delatara a la organización, comentario que no era necesario, Noé salió del edificio de su corporación, alisó su traje, revisó que todo estuviera donde debía estar y subió un auto aparcado frente al bufete.

―Buenas jefe― se oyó una voz por un parlante― seré su Uber driver ¿A dónde quiere que lo lleve? ―Noé miró la pantalla táctil integrada al vehículo, donde estaba un rostro conocido; la piel del joven era blanca que contrarrestaba con su cabello negro y resaltaba sus grandes pero fieros ojos café claro. Este chico estaba sentado en lo que parecía ser la cocina de la mansión Meyer bebiendo relajadamente un chocomilk, de fondo se escuchaban algunas pláticas con risas cortesía del hermano mayor del joven en pantalla.

―Marcel, deja de flojear y mueve el trasero para traer a mi hermana para acá a rastras si es necesario o llévame a casa por ella para arrastrarla por mí mismo― Un sonoro suspiro volvió a salir de los labios de la cabeza de familia, tal parece que ese día soltaría demasiados de esos, realmente odiaba asistir a una fiesta de negocios y tendría que soportar a sus irritantes e incompetentes socios junto con el gobierno y la policía, gracias por avisar Mara. El chico de la pantalla, Marcel, se había levantado del taburete en el que estaba sentado y había ido a revisar a un lugar que la cámara no lograba observar, después volvió y tomó asiento para seguir bebiendo de forma más relajada su bebida.

― jefe, Vani está lista ¿aún desea venir por ella o se la mando en un carro aparte? ―La voz animada y jovial de Marcel lo sacó de sus pensamientos sobre masacrar al 70% de la población mundial y crear un mundo anarquista o tal vez hacer una monarquía absolutista, aún no decidía ya que le parecían excelentes ideas.

―Llévame a casa, iré por ella― un sonido afirmativo salió de los labios del menor y rápidamente el motor arrancó, haciendo que el auto comenzara a avanzar rumbo a la mansión Meyer.

Al llegar, una joven de cabello corto y lacio, ojos semidorados y cara encantadora, esperaba fuera sentada en las escaleras. Estaba usando un vestido azul marino de hombros caídos y un ligero escote corazón, la falda era estilo gitano, algo esponjada gracias al tul que tenía que no era excesivo ni muy pomposo, era simplemente perfecto; La falda cubría sus tacones bajos color plata con pequeñas correas quede forma individual se entrelazaban en sus tobillos. Tenía un rostro aburrido mientras jugueteaba con la correa de un bolso a juego con el vestido, alzó la mirada al ver el carro y sonrió ladeadamente.

Esta (NO) es otra historia de mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora