01|El Plan

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«𝙻𝚘𝚘𝚔 𝚏𝚘𝚛 𝚝𝚑𝚎 𝚐𝚒𝚛𝚕 𝚠𝚒𝚝𝚑
𝚝𝚑𝚎 𝚜𝚞𝚗 𝚒𝚗 𝚑𝚎𝚛 𝚎𝚢𝚎𝚜»

Timothée se secó el sudor de las manos en la tela gastada de sus jeans. Se sentía nervioso. Aquel día sería el último en que tendría la oportunidad de demostrarle al mundo de qué estaba hecho. O bueno, mejor dicho, de demostrárselo al jurado que esperaba en la primera fila del Théâtre des Variétés. Como siempre, ellos tenían la última palabra, si no lograba convencerlos, su vida en París estaba arruinada.

No tan arruinada cómo cuando había llegado de Nueva York, con apenas cién dólares en el bolsillo y el sueño de convertirse en actor. Sus padres pensaban que estaba loco porque nadie triunfaba en París. Pero al menos su hermana Pauline, que vivía allí hacía cinco años, sí lo apoyaba.

Pero no quería vivir de su ayuda. Tampoco de la chica con la que salía, Emily, cuyos padres adinerados pensaban que él era un americano más entre el montón, con el que su hija había quedado desafortunamente encandilada, pero que no tenía trabajo ni expectativas de futuro.

Él sabía que era mucho más que eso. Y aunque por culpa de su deseo de vivir, de aprender, de encontrarse a sí mismo, había acabado perdido, aún seguía intentando encontrar su camino.

Dijeron su nombre. Respiró hondo y avanzó hacia el centro del escenario.

"Casser une jambe" (Rómpete una pierna) — Oyó que sus compañeros le susurraban al pasar, deseándole buena suerte. Levantó la mirada y vio a Emily sentada en el círculo de personas que ya habían audicionado y que ahora esperaban los puntajes.

Ella también lo miró y casi pudo oír sus palabras de aliento.

La primera vez que Timothée vio a Emily, ella estaba bailando. Estaban en una fiesta posterior a una obra de teatro en la que ambos habían participado. Sobre el escenario, no había podido ver sus rasgos escondidos detrás de una máscara. Pero allí, en aquel lugar abarrotado de gente, no pudo sacarle los ojos de encima. Timothée tardó veinte minutos y tres copas de vino en tomar coraje y acercársele para saludarla. Y desde entonces, todo había sido fácil.

Al pasar a su lado, ella le rozó la mano y le guiñó un ojo. De un instante al otro, el teatro se sumergió en el más absoluto de los silencios y las luces le enfocaron el rostro. Timothée comenzó a recitar el monólogo de Segismundo en La vida es sueño, pero aún continuaba allí y seguía siendo él mismo, pendiente de las expresiones del jurado.

"La mirada es importante" se recordó, pero no podía conectarse con sus sentimientos — los de Segismundo — del todo. No reflexionó sobre la vida, su suerte y la muerte, como su protagonista lo había hecho tantas veces antes en lugares como ese. No era Segismundo, era Timothée y estaba preocupado. Tartamudeó varias veces y su lenguaje corporal se vio afectado por su ansiedad. El monólogo terminó abruptamente — o él lo hizo así — y oyó los aplausos de cortesía.

"Gracias, Tim", dijo su profesora de teatro.

Timothée se encaminó hacia los vestuarios con sus mejillas encendidas de la rabia. Reconocía el tono de voz de la señora Bernard, que le anticipaba su fracaso. Ahora sabía que no conseguiría ningún papel esa temporada, ni siquiera uno secundario que le permita pagar las expensas. Y ya que regresar al departamento de su hermana no estaba dentro de sus planes, supo ahí mismo que su sueño parisino se había terminado. Pero, ¿Qué quedaba de él en Nueva York?

Abatido, recogió su mochila del armario y encendió su celular, encontrando un mensaje de Emily pidiéndole que regresara al escenario para esperar juntos por los puntajes. No le contestó. Simplemente no tenía ganas de humillarse frente a todos sus compañeros.

Lucy in Love || Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora