14|Plan de regreso a casa

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«𝙰𝚗𝚍 𝙸 𝚌𝚊𝚗 𝚐𝚘 𝚊𝚗𝚢𝚠𝚑𝚎𝚛𝚎 𝙸 𝚠𝚊𝚗𝚝. 𝙹𝚞𝚜𝚝 𝚗𝚘𝚝 𝚑𝚘𝚖𝚎»

Las personas hablan mucho de sus hogares. Dicen que el hogar está donde se encuentra el corazón, pero en aquellos momentos Lucy no sabía siquiera si seguía conservando uno.

Sin embargo, su instinto de supervivencia le había obligado a levantarse de la cama aquel domingo a la mañana e ir a almozar a la casa de su madre. No podía negar que se sentía un poco mejor con ella a su lado, ambas en la cocina frente al fregadero después de comer, al tiempo que le decía:

—Yo friego y tú secas.

O con su padre llegando tarde como siempre, y llevando el postre como una disculpa.

Aquella cotidianeidad le ayudaba a creer que, en algún momento, todo volvería a ser como antes.

Durante el almuerzo, nadie le dijo ni una sola vez que estaba demasiado delgada, o que le sentaría bien tomar un poco más el sol, o que parecía cansada; tampoco le preguntaron por Timothée o sus amigas, a pesar de que estaban al tanto de lo que había sucedido. Sin embargo, su padre lo mencionó esa misma tarde, a la hora del café.

Salió al porche trasero y vio a su hija sentada en el columpio, contemplando los árboles en una postura pensativa. Los tablones de madera crujieron bajo sus pies y ella sonrió sin levantar la mirada.

—Hola, pá.

—¿Cómo sabías que era yo? — Le preguntó él sentándose a su lado.

—Siempre caminas de esa forma tan sigilosa — Bromeó Lucy — Además, mamá jamás vendría hasta aquí, odia estos columpios.

Él suspiró.

—Tienes razón — Le dijo — Creo que esa fue una de las razones por la cual nos separamos. ¿No es esta una de las mejores vistas de París?

Lucy sonrió.

—Estoy de acuerdo.

Hubo un breve silencio, durante el cual su padre pensó en cómo sacar el tema de una forma casual. Pero como no lo consiguió, simplemente dijo:

—Siento lo que pasó con ese chico.

Habló en voz baja, como si supiera que el tema aún era tabú para Lucy. Ella apartó la mirada.

—Siento que malgastaras tu tiempo con él — Agregó su padre.

—No lo malgasté — Respondió ella, aunque en realidad sí lo sentía así.

—Solo quiero que seas feliz. Te lo mereces — Sus ojos resplandecían y Lucy no estaba segura si era un efecto de la luz o si eran meras lágrimas de padre — Eres fuerte e inteligente.

—No sé, yo... me siento estancada. Siento que los he decepcionado. A tí y a mamá.

—No digas eso — La regañó su padre, que parecía dolido de verdad. Le acarició la mejilla — Lucy, te queremos tal como eres. Estamos muy orgullosos de tí.

Ella le apoyó la cabeza en el hombro.

—Quiero mudarme — Soltó de pronto — Quiero vivir sola y crearme mis propios problemas. Estoy cansada de que todos decidan por mí.

—Y yo te apoyaré, hija. Pero quiero que sepas que yéndote no resolverás nada. Algún día, tendrás que enfrentarte con lo que sientes.

Lucy sacudió la cabeza.

—Qué injusto. Otra vez dónde empecé.

—Todo se arreglará — Le aseguró él — Ya verás.

La presión en su pecho se aligeró un poco al oír esas palabras, pero entonces su padre le preguntó:

Lucy in Love || Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora