𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝚍𝚊𝚛𝚕𝚒𝚗𝚐, 𝚒𝚝'𝚜 𝚋𝚎𝚎𝚗 𝚊 𝚕𝚘𝚗𝚐, 𝚌𝚘𝚕𝚍, 𝚕𝚘𝚗𝚎𝚕𝚢 𝚠𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛.
Lucy permaneció bajo la ducha hasta que se acabó el agua caliente. Se secó el cabello y se lo peinó de tres maneras diferentes. Al final decidió dejarlo suelto. Se calzó unos jeans acampanados, una blusa holgada color azul claro y sus clásicas botas charol negras. Se miró al espejo y apretó los labios, sintiéndose insatisfecha con la imagen que éste le regresaba.
No se consideraba bonita. Era demasiado delgada y no tenía curvas. Su cara era alargada y su nariz demasiado respingada. O eso era siempre lo que pensaba de sí misma. La forma de sus ojos cafés sí le gustaba, pero en aquel momento se veían demasiado asustados. Ensayó una sonrisa, o varias, y se maquilló apenas las pestañas y colocó un poco de pintura en sus labios.
Se sentó a la mesa de la cocina y comenzó a lanzar uvas al aire, jugando a atraparlas con la boca, mientras el reloj de la pared avanzaba lentamente. Timothée la había citado a las 20.30 en el Maison Blanche. Faltaba más de una hora.
Hacía mucho tiempo que no se sentía tan nerviosa. Aquella sensación de vértigo en la boca del estómago casi se había desvanecido en su memoria. Parecía todo nuevo para ella. En realidad lo era. Maurice había sido su única cita en toda su vida. Lo había conocido en la preparatoria y desde entonces no se habían podido separar. Seis años fue el tiempo que habían estado juntos.
Seis años de cenas y desayunos, helados en el parque, maratones de series y ramos de rosas. Seis años en los que dejó de hacer las cosas "freakys" que a ella le gustaban solo para complacerlo a él, porque quería hacerlo feliz. Seis años en los que nada de lo que ella hizo le pareció suficiente. Seis años, y casi ni una sola pelea. Sin embargo, ahora que lo pensaba, aquello no había sido una buena señal después de todo.
El reloj marcó las 19.00 y Lucy decidió que ya no podía quedarse más en casa. Levantó las uvas que habían caído al suelo, las guardó en el refrigerador y se dirigió a la calle.
De algún modo se las arregló para pasar las horas deambulando por la ciudad, y a las 20.20 ya se encontraba delante del restaurante, vibrando de esperanza y miedo. Alcanzó a verlo en una de las esquinas del salón, acurrucado en el sillón de cuero mientras hojeaba un libro.
Timothée era tan arrebatadoramente guapo que le quitaba el aliento a cualquiera. Tenía un aire de despreocupación que encajaba a la perfección con la soltura con la que se movía. Esta vez llevaba sus rizos castaño oscuro revueltos y Lucy observó cada uno de los rasgos de su rostro sin poder creer que alguien como él se fijara en alguien como ella.
Él no la vio a través del escaparate del local y la campana del timbre de la puerta le hizo pegar un salto, arrebatándola de su ensoñación.
Conteniendo la respiración, abrió la puerta y entró.
—Barroco — Dijo al acercarse a la mesa y espiar lo que Timothée estaba leyendo, "La música en el barroco", de Wendy Heller — Mi favorito.
Él alzó la vista y Lucy descubrió que sus ojos en aquel momento poseían una tonalidad más gris que verde. Había algo frágil en ellos también, una apertura que no se molestaba en ocultar.
—¿Qué? — Timothée inclinó la cabeza y sus pestañas oscuras le rozaron las mejillas.
—El libro — Le dijo Lucy, señalando el tomo que sostenía entre sus manos.
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Lucy in Love || Timothée Chalamet
Romance🇨 🇴 🇲 🇵 🇱 🇪 🇹 🇦 ¿Cómo ayudar a sanar el corazón roto de alguien? Es justo lo que se pregunta la inestable, descontracturada y un tanto alocada Cloé, preocupada por su romántica e insegura amiga Lucy, quien aún no ha logrado superar a su ex...