Lucy in Love || Timothée Chalamet

04|Indecisión

«𝚃𝚑𝚎𝚛𝚎'𝚜 𝚗𝚘𝚝𝚑𝚒𝚗𝚐 𝚢𝚘𝚞 𝚌𝚊𝚗 𝚍𝚘... 𝙽𝚘𝚝𝚑𝚒𝚗𝚐 𝚢𝚘𝚞 𝚌𝚊𝚗 𝚜𝚊𝚢. 𝙱𝚞𝚝 𝚢𝚘𝚞 𝚌𝚊𝚗 𝚕𝚎𝚊𝚛𝚗 𝚑𝚘𝚠 𝚝𝚘 𝚙𝚕𝚊𝚢 𝚝𝚑𝚎 𝚐𝚊𝚖𝚎. 𝙸𝚝'𝚜 𝚎𝚊𝚜𝚢»

Después de varias porciones de pizza, dos botellas de vino blanco y una película, se reían a carcajadas tumbadas en el suelo del living del apartamento de Cloé. Aquella noche habían escogido "El arca Rusa", un drama histórico del año 2002 que solo a Lucy le hacía ilusión ver.

—¿Qué clase de psicópata tiene una cita en un museo? — Soltó Selena de pronto, exagerando su indignación a propósito.

Las imágenes de la película le recordaron a lo que Lucy les había contado acerca de su encuentro con el actor.

—Yo creo que es romántico — Dijo Cloé, y luego le arrojó un cojín a Selena, atizándole en la cabeza, a modo de advertencia.

La rubia decidió ignorarla.

—No me parece tan malo — Opinó Lucy, que estaba tirada en el sofá, terminándose una barra de chocolate mientras intentaba seguir la trama de la pelicula

—Ese tipo es raro — Repuso Selena.

Aunque al principio había decidido apoyar a Cloé con el plan, ahora no estaba tan segura si sería lo mejor para Lucy. Se sentía dispuesta a hacer lo que sea para persuadir a su amiga de ir a esa cita.

—Lo raro es no haber tenido ni una sola cita desde Maurice — Contraatacó Cloé, apoyando la espalda sobre los cojines del sofá desperdigados sobre el suelo — Si yo fuera tú, le respondería los mensajes. O mejor aún, ¿Por qué no lo llamas ahora?

Lucy se mordió el labio, indecisa. Timothée le había enviado un mensaje el mismo día que se habían encontrado en la puerta del museo, pero aún no le contestaba. No se animaba, para ser sinceros. Tenía miedo de no agradarle, de que se arrepintiera de haberse fijado en ella, de que no tuviesen tema de conversación, o peor aún, que ni siquiera conservara el interés en conocerla. Habían pasado ya tres días, quizá se había olvidado de su invitación. O quizá era un idiota y lanzaba sus redes a cualquier tonta que le viera la cara.

Suspiró y se alzó del sofá para servirse otra copa de vino. Mientras, Selena se encargaba de regañar a Cloé.

—¡Deja de decirle lo que tiene que hacer! Lucy es libre de hacer lo que le venga en gana, y si no quiere hablar con él, no lo hará.

—Si quiero — Las interrumpió Lucy. Sus amigas la miraron — Es guapo, parece interesante... pero es... — Resopló, alborotándose el cabello con una mano — ¡Parece un modelo salido de una revista! Tiene una mirada... tan... tan... no lo sé. Me pone nerviosa.

Selena le clavó la mirada a Cloé, preocupada.

—Llámalo — Le insistió Cloé — No pierdes nada. Una noche sales con él, otra noche con otro y así, de a poco, vuelves al ruedo. Necesitas recordar lo que era tener una cita y olvidarte de una vez por todas del pene de Maurice.

—¡Cloé, ya basta! — Explotó Selena — Déjala en paz. Lucy no necesita de un hombre para ser feliz.

—Un hombre no, sino un pene... o varios — La rizada codeó a Lucy — O quizá vaginas, ¿Eh?