Una decisión (Capitulo 11)

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Aranza se da cuenta que Mauricio no había tomado su libro, y se disculpa.

Llegado el Domingo.

—Hija en lo que yo y Nora arreglamos lo de la comida vayan a pasear por la playa tu y Mau. Solo les encargamos que tengan cuidado con las olas si se meten al mar.

—Ok mamá—dijo Aranza. Que creía que su mama siempre la sobreprotegía.

—Regresen para la comida—dijo Nora.   

—Claro ma, eso no me lo pierdo—dijo Mauricio.

Se van caminando por la playa. Aranza llevaba un balón de volleyball y Mauricio uno de fútbol.

—Juguemos fútbol.

—No. Juguemos volleyball.

—Fútbol.

—Volleyball.

Llegan una chica y un chico a donde estaban, y alcanza a escuchar lo que decían.

—Hola guapo.

Mauricio se señala como diciendo ¿A mi?

—Si.

—Hola—le respondió Mauricio a la chica.

—Ella no es tu novia ¿oh si?—dijo la chica sarcásticamente.

—No. Solo somos amigos—respondió Aranza. 

Aranza pensaba "No se que tiene esa chica pero no me da buena espina"

—Escuchamos que no se deciden—comentó el chico.

—Si— sonríe Aranza tímidamente.

—¿Por qué no jugar las dos cosas?—sugirió.

—Buena idea—dijo Aranza.

—Ok yo con el chico guapo y ella contigo—dijo la chica.

—Esta bien.Hola me llamo Cesar.—Sonríe mientras saluda a Aranza—.¿Y tu como te llamas?

—Aranza.

—Lindo nombre al igual que tu, un nombre lindo para una chica hermosa.

Aranza no pudo evitar sonrojarse.

—Ok Cesar, deja tus galanterías para después, y empecemos a jugar—dijo la chica.

—Ok, les parece si jugamos primero volleyball y después futbol.

—Esta bien.—respondieron.

Y comienzan a jugar. Llega un momento en el que...

—¡Aushh!¿Ella es tan agresiva siempre?—se quejó la chica refiriéndose a Aranza.

Aranza no había arrojado el balón con esa intención.

—Lo siento, yo no quise lastimarte—se disculpó.

—¿Lo sientes?La que lo siento soy yo, a mi fue a la que golpearon.

—Lizeth, vayámonos si te duele mucho—comentó el chico.

—Deja ver tu herida, no pareces tener nada grave, incluso no veo ninguna herida—dijo Mauricio al percatarse que la chica no tenia nada— ¿Te duele mucho?

—Si me duele.

En realidad ella no tenía nada, solo estaba fingiendo para tener cerca a Mauricio.

—Sera mejor irnos prima—sugirió Cesar.  

—No. Creo que podre seguir jugando. Ademas con tal de estar cerca del chico guapo—sonríe a Mauricio de forma coqueta.


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