Capitulo 16

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Cristóbal iba con dos amigos bajando las escaleras eléctricas del centro comercial.

Lucía pensaba que Aranza se ilusionaba demasiado con Cristóbal, y dudaba acerca de que lo que Aranza sentía por Cristóbal fuese amor.

Al día siguiente Aranza recordó que tenía 16 años y que tenia padres a los que debería pedirles permiso para poder ir al baile de bienvenida.

Así que a la hora de la cena de ese mismo día.

- Mamá, papa.

- ¿Que pasa hija? -preguntó su padre.

Sera la fiesta de bienvenida este Sábado y pues yo...quisiera saber si me dan permiso de ir.

- ¿Ira Lucía?-preguntó su mamá.

- Si mamá, pero quedamos de vernos allá-comentó Aranza.

- ¿Y a que hora será?

-A las ocho-confirmó.

- ¿De la noche? -cuestionó su mamá.

Aranza comenzaba a sospechar que no le darían permiso. Ya se sentía en todo un interrogatorio.

-Si mamá-respondió.

-Como vas a regresar tu solo a casa-dijo su padre.

-Papa-Aranza sentía que ya no iría al baile.

-Es muy peligroso regresar en taxi sola y de noche Aranza- exclamó su mamá.

-Hija y no puedo ir por ti-afirmó su padre-. Al día siguiente tengo trabajo y no puedo desvelarme, lo siento. Pero la respuesta es no.

Aranza puso carita ternura y tristeza, poniendo sus manos en forma de puños en sus mejillas, acompañada de una dulce mirada. Para ver si hacia podía conmover a sus padres y le dieran el permiso.

Entonces da la vuelta y a punto de retirarse por no ver ninguna reacción por parte de sus padres.

-Aranza ¿Ira Mauricio?-le pregunto su mamá.

Aranza rodo los ojos pensando- ¿Qué tiene que ver Mauricio con esto?

-Si- respondió Aranza.

-Porque no te pones de acuerdo para que se regresen juntos-dijo su mamá.

- ¿Ah como no lo pensé? -dijo la voz interior de Aranza.

- ¿Entonces? -dijo su mamá sacando a Aranza de su pensamiento.

-Si mamá, yo me pongo de acuerdo con Mau-una gran sonrisa apareció en la cara de Aranza-. Eso quiere decir que...

-Si hija, siempre y cuando Mauricio este de acuerdo, tienes nuestro permiso.

-Gracias-Aranza casi saltaba de alegría. Y a punto de irse de nuevo.

-Hija-se escucho la voz de su mamá.

-Que no se hayan arrepentido, que no se hayan arrepentido-decía Aranza en su mente, mientras cruzaba los dedos_. Si mamá...

-De todos modos llevaras tu spray de gas lacrimógeno.

-Fiuu-Aranza pasó su mano por su frente- ¿Tenemos gas lacrimógeno?

Aranza estaba muy sorprendida.

-Claro hija, nunca se sabe cuando se puede necesitar uno de estos.


UNA DECISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora