UNA DECISIÓN

Capítulo 29

— ¿En que lío estas metido Mau?

— Te espero afuera de tu casa y te explico.

— ¿Mau estas tomado?— dijo al escuchar su voz.

— Aranza tengo frio. No puedo entrar a casa, si mi mamá ve como estoy, no tendré mi motocicleta.

— Ok. Ahora bajo— dijo adormilada.

Aranza bajo las escaleras tomó las llaves y giro la manilla de la puerta lentamente para no hacer demasiado ruido. Aunque por suerte su mamá no tenía el sueño ligero y su papá no estaba en casa esa noche.

— ¡Aranza, gracias!— exclamó Mauricio y la abrazó.

— ¿Entonces que piensas hacer?

— ¿Me podría hospedar este noche en tu casa?— unió sus manos e hizo un puchero.

— ¿A dormir? Pero no tenemos cuarto para huéspedes.

— Porfavor. No importa si duermo en en el piso de la sala.

— Ok. Pero en la sala no. Mamá podría verte y no se como reaccionaría.

— Vamos—dijo Aranza y comenzó a subir los escalones. Mauricio la siguió pero se sintió caer. Aranza lo miró, y se regresó hacia el.

—Dejame ayudarte— le dijo Aranza.

Mauricio puso su brazo sobre el hombro de Aranza y subieron los escalones tambaleándose de un lado a otro. Ya que  Aranza media dormida y Mauricio tomado, no eran una buena combinación.

Al llegar a la habitación, Aranza prendió la luz como pudo. Aun sosteniendo a Mauricio.

Aranza al momento dejo a Mauricio en su cama ya que ya no podían sostenerse, pero al momento de dejarlo ella también cayó, exhausta después de subir los escalones, sosteniendo a Mauricio.

Mauricio se giro hacia ella y la miro.

— Luces bonita en pijama— le dijo Mauricio sonriendo.

—Para que un chico diga eso después de ver a una chica con una pijama de matapasiones. Opción 1) Esta enamorado y todo le parece hermoso. Opción 2) Esta borracho. Claramente Mau estas... b— decía Aranza en su mente.

— Sabes Aranza creo que estoy enamorado— le dijo sin despegar la mirada.

— ¿Queee? Acaso él lee las mentes. No,no claro que no— dijo en su mente.

— Ella es tan linda, me encanta verla sonreír, aunque cuando se molesta también me parece hermosa. Odio verla sufrir, eso me lástima porque lo que mas quiero es verla feliz— le dijo Mauricio.

Mauricio tomó un mechón de cabello de Aranza que impedía mirar su rostro y lo puso detrás de su oído.

Aranza le ganaban las ganas de saber quien era esa chica pero no se atrevía a preguntar.

Así que no dijo nada. Solo se giro y miro hacia el techo.

Cuando por fin tomó valor para preguntarle.

— Mau...—no le respondía—.Mau, te quedaste dormido. Se supone que yo dormiría en la cama y tu...ah.

Aranza tenía pensado hacer un tendido para Mauricio y ella dormir en la cama.

Pero las cosas tuvieron que ser un poco diferentes.

Aranza nunca antes había visto a Mauricio dormir, le pareció que lucía demasiado tierno, y no quiso despertarlo.

Así que a la que le toco dormir en el tendido fue a ella.

Lunes

Mauricio se fue temprano, antes de que despertara la mamá de Aranza.

Le había dicho a su mamá que se había quedado a dormir con un amigo. Así que no tuvo problema.

Ya en la escuela.

Mauricio decidió asistir ya que si no iba, podría levantar sospechas por parte de su mamá.

Apesar de tener una jaqueca que no aguantaba.

Durante la clase de matemáticas, la clase favorita de Aranza, ya que ella era muy buena en matematicas desde pequeña.

Ella no podía evitar estar bostezando, a causa de que no había dormido bien, incluso en ratos, sentía que sus párpados se cerraban.

Y Mauricio agachado, pegado a la pupitre, sin poder aguantar la jaqueca, con mayor razón en la clase de matemáticas que al contrario de Aranza , el odiaba las matemáticas.

— ¡Vasquez despierte! Acaso cree que la escuela es para dormir.

— No profesor. Pero es que me duele la cabeza.

— Entonces porque no esta en la enfermería.

— No me quería perder de su clase profesor— ni siquiera el mismo se creía lo que había dicho.

— Señorita Castañeda acompañe a Vasquez a la enfermaría. Ya que usted tampoco no se ve muy bien.

— Pero profesor...— se quejo.

— Si no es que quieren que envíe un reporte a sus padres— les advirtió el profesor.

— Esta bien— dijo Aranza.