Ella miente

Me iré

Ayer, cuando salí con Lalisa me la pasé muy bien, realmente ella llegaba a ser algo espontánea y demasiado habladora.

Aunque hubo un par de veces en las que no sabíamos que decir, pero sorprendentemente fue cómodo.

Hablamos un poco acerca de nosotras, del porqué ella había venido, y del cómo conocía a los chicos.

Por lo que ella me contó, supe que eran amigos desde muy pequeños, junto a Jin, Jisoo, Taehyung y Namjoon, lo que se me hizo raro, he incluso me sentí un poco herida, por el hecho que en ningún momento ellos me dijeron.

También comentó que ella estaba aquí por cuestiones de estudio, y algo un poco personal.

No quise indagar más, aunque no sabía porque eso me ocasionaba cierta incomodidad.

No era mi problema y no debía meter mi nariz.

Fui a mi tocador para ponerme un poco de maquillaje, también puse un poco de música para acompañar mi rutina.

Apliqué un poco de base en mi rostro, mientras cantaba a todo pulmón.

Por alguna u otra razón, sentía cierta emoción y felicidad.

Finalicé mi maquillaje aplicando un poco de rubor en mis mejillas y también labial, corregí un tanto mi delineado y ya estaba lista.

Me alejé del tocador y me acerqué a mi guarda ropa, tomé una chamarra ya que todavía hacía frio, y no quería pescar una gripe.

El cielo aún estaba alborotado, y hoy parecía ser el día más frío de todo este frente, o eso marcaban la aplicación del clima.

Agarré mis cosas y salí de mi habitación, me dirigí a las escaleras, no sin antes echar un vistazo a mí atuendo en el espejo del corredor.

Linda.

Bajé estas escaleras y recorrí la cocina hasta dar con el refrigerador.

—Te dejé fruta picada en la mesa —mi papá habló desde la sala.

—¡Gracias!

Que considerado.

Pero ya iba un poco tarde, así que solo picoteé un tanto la comida, y agarré una botella de agua para guardarla en mi mochila.

—¿No comerás? —preguntó, notando que no comí lo suficiente.

Ahora él ya estaba en la cocina junto a mí, llevaba una bata y gafas, y en su mano sostenía su teléfono.

—Voy tarde, no me dará tiempo.

Sus cejas estaban arrugadas, no se miraba contento.

Pero por alguna razón no dijo nada más.

—Hija, hoy llegaré algo tarde, necesito atender algunas cosas del negocio.

Su semblante se relajó y me mostró una cálida sonrisa, junto a sus ojos que se escondían.

—Entiendo, no te preocupes —respondí acercándome a él y dándole un beso en la mejilla

—Bien, ahora ve con cuidado.

Tomé mis cosas y salí de casa, saqué las llaves del coche, subí, e inmediatamente pisé el acelerador.

La primera clase era importante, y la señora Lee no toleraba los retrasos.

—Kim Jisoo, otra vez tarde —La Señorita Lee la señaló.

Ella se encontraba en la puerta del salón, cubierta de nieve y un poco mojada.

—Es que...

—No me interesan tus excusas —interrumpió la maestra —¿crees que das buena imagen así? Ya eres una adulta y debes ser más responsable.