Habitación 802

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—¡Kim, que preciosa! —habló Jin, abriéndome la puerta del copiloto —Si fueras mi tipo, por supuesto que yo sería tu novio.

—¿Cómo estás seguro de eso? —pregunté divertida, subiendo al automóvil.

Jin cerró la puerta delicadamente, y dio la vuelta por el frente de su deportivo.

—No hay nadie mejor que yo, creí que lo tenías claro —dijo, esta vez dentro del coche.

Sonreí, porque era cierto.

No había hombre más caballeroso y amable que Jin, pero simplemente ambos no estábamos hechos el uno para el otro.

Aunque Junkook tenía lo suyo, por eso estaba con él.

Lo extrañaba. Apenas tenía una semana de haberse ido. Creí que yo moriría, pero no fue el caso, aunque eso no quitaba esa espina en mi zapato.

Hoy era lunes, no teníamos clase estos días porque era el Seollal, la verdad no interesaba mucho, lo único que buscábamos era despojarnos del estrés, puesto que todo el fin de semana estuvimos hundidos en tareas y proyectos.

Jin ya había acelerado, íbamos a casa de Manoban, esta vez, ahí se haría la pequeña reunión.

La última vez que estuve con Lalisa, fue la vez que llegó a mi casa. Fue demasiado divertido estar con ella, fue algo diferente y acogedor. Me daba tranquilidad, y me sentía cómoda a su lado, obviamente también la vi en la escuela, pero no el tiempo que me hubiera gustado, puesto que esta semana estuve realizando todos mis deberes, que no eran pocos.

—¿Entonces, sientes miedo? —preguntó Jin, mientras yo miraba la ciudad por la ventana.

—No estoy segura si es miedo.

—Ajá —dijo Jin, asistiendo con la cabeza, mientras prestaba atención a el camino.

—Pero no estoy segura —hablé, acongojada.

¿Debería contarle?

—¿No estás segura de qué?

—Las pesadillas han vuelto —confesé, tragando duro.

—Oh, mi nena —dijo con pena, frotando su mano en mi muslo —. Pensé que eso ya estaba superado...

—Lo estaba, por eso no entiendo —interrumpí.

—¿Ya le dijiste a tu padre?

—No, no quiero hostigarlo, tiene mucho que pensar con el trabajo, no quiero darle algo más en qué angustiarse. Siempre se preocupó mucho por mí, ahora debo enfrentar esto sola.

—¿Cuándo me lo presentarás? Parece un buen tipo, debo agradecerle por tener una hija tan hermosa, valiente y responsable —alagó, amorosamente.

—Qué lindo, Jin. Solo que, al parecer, sus horarios no son compatibles.

—Tres años de conocerte, y jamás he visto a tu padre, ¿será militar?, o quizá es un espía secreto del gobierno... no, aún mejor, es el líder de los Gánster's, ¿No es así? Kim, te lo tienes bien guardado.

Escuchar esas hipótesis tan absurdas acerca de mi padre me hacía gracia, ¿Mi papá tenía una vida interesante?

Ni hablar, solo era el dueño de ese lujoso hotel en Seúl, quizá lo más interesante que hacía era conocer celebridades del mundo artístico, o políticos importantes.

—Jin, mi papá solo es dueño de un hotel, y ya —contesté riendo.

—Pues debe ser un gran hotel, porque casita que te cargas...

Ella mienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora