He vuelto

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—Adelante, pueden pasar —dijo el hombre de metro noventa apartándose de la entrada del club.

Nos adentramos y como lo esperaba, olores saturaban mis fosas nasales, sensaciones inundaban mi cuerpo, el humo nublaba mi vista y parecía que mis oídos en cualquier momento se romperían.

Intentando no apartarme de Jin, examiné el lugar: era un poco oscuro, y solo iluminado por las luces del Dj que daba todo de sí para hacer que las personas se la pasasen bien, gente bailando, bebiendo y riendo, un ambiente energético para estar con amigos.

—¿Te agrada el lugar? —Escuché la apenas audible voz de Jin.

—Demasiado ruido —grité casi arrojando un pulmón.

Una sonrisa se mostró en su rostro, tomó mi mano empezando a caminar, y yo seguí sus pasos, esquivando a todo ser vivo.

Mientras más caminábamos el ruido iba bajando, no demasiado, pero si lo suficiente para poder hablar sin desgarrarte la garganta.

Llegamos a unas escaleras y todo a su alrededor era muy fino, no elegante, pero si se miraba de calidad. A juzgar por eso, pensé que era la zona V.I.P.

—Es la zona V.I.P —dijo Jin subiendo las escaleras detrás de mí.

¡Bingo!

—Lo supuse, no esperaba menos —seguí subiendo.

—Eres una exigente, ten humildad —carcajeó Jin

—A mí me da igual, lo digo por Tae. Sabes cómo es —me defendí, recordando lo vanidoso que podría ser Taehyung.

Ni bien puse un pie en la planta de arriba, ya tenía trepado a un mono muy gritón

—¡Tú debes ser Lalisa! —gritó este ser humano que más bien parecía ser un koala

Me removí incomoda, intentando salir de ahí y respirar, pero me tenía muy prensada.

No la conocía.

Ayúdenme.

—Shua, suelta a la pobre. —dijo una voz gruesa y calmada, pero a la vez divertida.

¡Gracias!

¿Sua? Sabrá Dios quién eres.

La mono-araña hizo caso, me dio mi apreciado espacio personal y oxígeno.

Vi cuatro rostros divertidos detrás de la tal Sia, no pude verla bien por la luz casi inexistente, pero puedo jurar que niños no pueden entrar a un club nocturno.

—Shawn, un gusto.

Mentira, das miedo.

—Soy Shuhua, no Shawn —corrigió Shakira.

—Te diré Sushi.

Sentí una mano en mi hombro, volteé enseguida y vi unos hoyuelos muy peculiares. Me aventé sin pensar a abrazarlo, lo extrañé demasiado todo este tiempo.

—¡Namu! —no quería soltarlo.

—¡Lisa! —me abrazó más fuerte.

Namjoon era demasiado especial para mí, y volver a verlo después de tanto tiempo, era reconfortante.

Ver a todos era genial.

—¡Dios! ¿Eres tú? —esa voz...

—¡Chu! —es que ella tenía que estar aquí— Te extrañé mucho, Chu —dije envuelta en el cálido abrazo en el que nos encontrábamos. Estaba hermosa.

Sentí un calor en mi espalda, otro par de brazos se sumaron, y una fragancia muy cálida y fuerte a la vez penetró mi nariz.

—Yo también te extrañé —dijo detrás de mí.

Ella mienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora