¿ℂ𝕚𝕖𝕘𝕒 𝕝𝕖𝕒𝕝𝕥𝕒𝕕?

81 14 34
                                    

–No puedo creer que lo hiciera, después de todo lo que le ayude, me cambia así de fácil solo porque el idiota de Walker se lo pide– Decía furiosa la pelinegra al salir del elevador–

– Decías que él era grandioso hace unos días– Se burló Ikaris quien junto a Bucky la estaban escoltando a afuera–

–Y lo fue, hasta que lo integraron aquí a esta cueva de víboras– Expresó aún molesta mientras tecleaba en su teléfono–

– ¿Esperará el taxi?– Preguntó el castaño, que hasta ahora se había mantenido fuera de la conversación entre los dos contrarios–

–No necesito su maldito taxi– Miró a James –Sin ofender, Sargento–

–No se preocupe–

–Hey tranquila– Volvió a hablarle el castaño rojizo– ¿Si?, Te llamaré luego ¿Está bien?–

–Sí, sí, está bien, adiós– No se molestó en mirarlos, simplemente subió a la camioneta negra que llegó de la nada–

–¿No dijiste que no eran pareja?– Dijo burlón James, empezaba a tener confianza con Ikaris–

–Bueno, suceden muchas cosas en una noche–

–Dimelo a mi– Ambos rieron –Entremos–

A pesar de que Ikaris era cercano a la pelinegra no pudo defenderla, y eso le dolía, aunque no lo hacía notar, su trabajo era prioridad, para su desgracia. Todo estaba tranquilo al subir por el ascensor, tanto que ningún agente se imaginó que pisos más arriba, el ambiente estuviera tan tenso después de que Walker exigiera que sacaran a Sersi del lugar.

Solo llegaron a captarlo cuando Helmut salió hechando humo de la sala de reuniones, mientras los gritos del rubio se oían de fondo. No debían cuestionar qué o por qué, solo escoltaron al castaño mientras hacía varias llamadas ya más calmado.


......


Dejaron a Zemo de nuevo en la casa de seguridad y regresarían en dos horas, pues debían llevarlo a la dichosa entrevista.

James quiso aprovechar e ir a ver a sus hijos y esposa, mientras su compañero fue a la casa de la joven Sersi. Ellos le recordaban un poco a él y Wanda, cuando volvieron de la guerra, se preocupaban el uno por el otro con desesperación e incluso en a la más mínima oportunidad lograban verse.

Cómo extraña ese tiempo en el que por una fracción de tiempo, lo tuvo todo...

Era irreal y absurdo para él llegar ahora y tocar la puerta de la que era su casa hace meses atrás. La semirubia había tardado en abrir, pero al hacerlo el rostro de Bucky se iluminó, pero el de ella no, no sé sorprendió de eso, hace mucho que ese pequeño detalle dejó de suceder.

–Barnes, pasa–

El nombrado entró y cerró, viendo a su esposa entrar a la cocina, sin dudar, la siguió.

–Y ¿Los niños?– La sensación de no ser recibo por gritos de alegría y dos enormes abrazos lo desconcertó–

–En casa de...uno de sus amigos–

–¿Amigos?, Creí que no les gustaba hablar con otros niños– Es cierto, siempre fueron muy poco sociables en la escuela–

–Si, bueno, eso cambió–

–¿Cambio?, ¿Hace cuánto?– Vió el nerviosismo en la contraria–

–Pues...– Un ladrido la interrumpió–

James sintió algo rozarlo en sus pies y al prestarle atención notó al cachorro que lo mordía juguetón, pero igualmente ladrando.

–Chispita, ven aquí– Le habló Wanda señalando el tazón lleno de croquetas en sus manos–

GUARDAESPALDAS - BARONWINTER/ WINTERBARONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora