⁰¹

11.1K 608 478
                                    


Narra Carrera

—¿Dónde está ahora?

—¡El tercero, el tercero!—Le grité señalando el tercer vaso en la pantalla. Presionó en ese y apareció una caca oscura, o eso creo.

—No era ese.. —Resopló—perdí. Y creo que por tu culpa.

Giré los ojos.

—¿Me vas a culpar a mí? Hace una banda que no jugás al Pou. Eso no es mi culpa, eh.

—Tsk—Se levantó de la silla, dejando la tablet en el escritorio. No debía enojarse conmigo por perder un estúpido juego.

—¿A dónde vas?—Me levanté y lo seguí.

—Al baño.

—¿A qué?

Entró al baño y puso los ojos en blanco, como si supiera qué iba a hacer.

—A bañarme.

Puse una mano en el marco de la puerta, poniendo todo mi peso en ésta, e hice una cara "seductora".

—¿Puedo entrar con vos?—Iván sabía que lo hacía en joda, pero aún así no entendía su actitud nerviosa. Sólo se limitó a fruncir los labios y cerrarme la puerta en la cara.

—No.

Caminé, resoplando, hacia la cocina, hasta que sentí la vibración del celular. ¿Cuándo lo había puesto en mi bolsillo?

Llamada Entrante ❞
Tᴏᴍ ᴍᴀɴᴏ ᴀᴄᴏsᴛᴀᴅᴀ

ᵃᵗᵉⁿᵈᵉʳ ʳᵉᶜʰᵃᶻᵃʳ
✔ ✘

—¿Hola? ¿Tomás?—pregunté al aparato, no sabía si era imaginación mía por la falta de sueño, o de verdad la respiración a través del celular, estaba agitada.

—¡Carrera! ¿Me abrirías?—no entendía nada—¿Bajarías? Estoy ahí.

Me asusté un poco por como sonaba desesperado, pero me apuré a bajar. Llegué hasta abajo y lo noté agitado.

—¿Qué te pas-..?

Tomás me interrumpió con un abrazo. Parecía haber llorado: —Pude haberte escuchado antes.. —sollozó en mi hombro. Supe de inmediato a quién se refería.

—Tranquilo, amigo—. Palmeé su espalda para consolarlo. Se separó de mí y quedó a unos metros, mientras llevaba sus manos a la cara.

—S-soy un idiota—. Se tambaleó al querer caminar hasta el ascensor. Me reí y le pasé el brazo por sus hombros, guiándolo. Mientras veía como la puerta del ascensor cerraba.

—La verdad que sí. Pero bueno.. —el fuerte olor a alcohol llegó a mi nariz. También entendí de dónde venía ese tambaleo constante. Lo frené: —¿Tomaste?

—¿Eh?—Lo agarré de los brazos cuando se cayó—Y-yo nunca tomo..

Bufé y entré al apartamento, llevándolo a la pieza. El hecho de ser de baja estatura hizo que lo lleve arrastrando, casi. Me sentí una mamá cuando lo tapé con las sábanas. Cerré la puerta detrás de mí y me quedé pensando un rato.

—¿Qué pasó?—me sobresalté al escuchar la voz de Iván. Tenía el pelo mojado y algunas gotitas caían por su frente. Que bonito.

—Nada, sólo vino por un problema que tuvo—. Me encogí de hombros y pasé por su lado al caminar.

—¿Estaba borracho?

—Sip. El hijo de puta dice que se controla y después termina en el paraíso de los siete mundos—Agarré la botella de agua y comencé a tomar, mientras Iván se reía chusmeando en la heladera.

—Tuvo que ser algo muy grave.. —Ambos nos miramos de reojo. Cerró la heladera y se llevó las manos a los bolsillos. Giré los ojos.

—Creí que te lo había dicho—Dije, negó.

—Que yo sepa, nop.

Se apoyó en la mesada, como esperando a que le diga algo. No quería volver a pasar por esto, menos por una estupidez que podría solucionar fácilmente.

—Entonces esperá a que él hable con vos. Son cosas de Tomás, no es mi responsabilidad decírtelo.

Se rascó la nuca e infló los cachetes, soltó el aire bruscamente y me miró.

—Ok, entonces.. —Se levantó y fue a la pieza, lo seguí—Me voy.

Otra vez no..

—¿Qué? ¿Cómo que te vas?—Emitió un sonido de aprobación sin abrir la boca—¿No te enojaste o sí? Tsk, Dah, amigo, no te podés enojar por eso.

Suspiró y agarró la mochila. Sabía que cuando hacía eso solía enojarse conmigo. Era una actitud que comenzaba a conocer demasiado bien. Y no me refería a que agarró su mochila, sino a que suspiró dos veces de manera pesada y quedaba en silencio por mucho tiempo.

—Escuchame, no es mi culpa que él no te lo haya dicho. No me echés todo el puto problema a mí, Iván.

Me ignoraba.

Resoplé. Me empezaba a cansar que me ignore.

—Ivá-

—No es por eso, ¿Sí?—Me interrumpió de manera abrupta y suspiró pesadamente, otra vez—No se trata de Tomás, tuve un día de la mierda, y seguir acá no va a arreglar las cosas. Intento safar de mucho y que vos sigas—Movió las manos en el aire—hablando detrás mío me hace doler el doble la cabeza. ¿Me dejarías al menos poner las cosas en la mochila e irme?

Fruncí el ceño. Cuando se estaba por dar vuelta, lo agarré del brazo.

—Que hayas tenido un puto día de mierda, no significa que te la agarrés conmigo—Hice un poco de presión en su brazo—Si te pasó algo podés hablarlo o podrías al menos no ignorarme, pero no me hagas sentir culpable por algo que te pasó.

Nos miramos fijo por un momento. Podría asegurar que había visto algo de arrepentimiento en sus ojos. Pero sentí que todo eso se fue cuando frunció el ceño.

—Da igual—Me empujó el hombro al pasar por mi lado—. Nos vemos, Carrera.

Cerré los ojos cuando escuché el portazo. Me mantuve en mi lugar por un tiempo, sin querer tenía la boca entreabierta y aproveché para largar un corto suspiro. Odiaba las discusiones con Iván. Que aunque algunas sean inútiles, otras reales y la gran mayoría completamente estúpidas, aún así siempre terminamos peleados. Sin hablar por dos días seguidos o incluso el mayor tiempo había sido una semana entera.

Seguía odiando eso.

Pero ahí, lo que me estaba doliendo aún más era que él me haga "intervenir" con sus problemas personales. Que en vez de hablarme normal y tratarme como un amigo sólo parecía utilizarme como un lugar de desquite.

Parecía usarme para tener dónde echar su puta bronca.

Y eso me hacía sentir no sólo usado, sino un estúpido inservible que sólo le favorecía en eso. Entonces mi amistad no le valía nada.

𝗜.𝗪.𝗔.𝗕.𝗬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora