⁰⁴

5.2K 451 449
                                    

—Narra Carrera

Mierda. Un pequeño frasco de 20 mlt. Definitivamente lo había drogado, esta era la causa de sus alucinaciones y el exceso de sudor. Según sabía, la dosis promedio de esta droga, era de un 0,005 mg/ml. Un poco más de esta cosita líquida y el delirio definitivamente empeoraría.

Y eso parecía estar haciendo Iván. Lo había drogado. Mierda.

Me lo guardé en el bolsillo, y salí de la pieza buscando a Tomás, todos los invitados se habían ido, sólo quedaban las luces girando con total tranquilidad. Me marearon al instante. Tomás venía hacia mí, algo agitado tal vez por andar corriendo.

—Ya los eché—Sonrió, me miró y su expresión cambió por completo—¿Iván?

—E-está drogado—intenté respirar bien—Exceso de Escopolamina, hay qué.. —Me tambaleé cuando Tomás pasó por mi lado, abriendo la puerta de la habitación con fuerza, me giré y parpadeé unas veces.

—¡Ayudame a llevarlo al auto!—Me gritó cuando me acercaba, él intentaba animar a Iván para que no se duerma—¡Rodrigo!

Asentí y me acerqué, Tomás me ayudó a levantarlo, fue difícil bajar las escaleras con un cuerpo completamente dormido. Que no tenga control de sí mismo hacía su cuerpo más pesado.

—Abrí la puerta—hice lo que Tomás dijo y lo recostó en los asientos traseros del auto—Sentate con él, procurá que no se caiga, está muy metido en un sueño. Hija de puta.

Se quejó mientras subía al asiento del conductor y arrancaba el auto.

—Iván—Lo llamé con la voz algo apagada—¡La conferencia! ¡Estás transpirando mucho!—Grité no tan alto y miré el camino por donde estaba yendo Tomás.

—¿Cómo mierda sabía de eso?—se autopreguntó y yo no sabía a qué se refería.

—¿Cuándo entró? ¿La viste llegar?—Le pregunté con rapidez mientras intentaba hacer que Iván adjunte más frío.

—¡La ví! ¡La ví con él pero no..!—chasqueó su lengua—No creí que iba a hacer esto, por dios, Rodrigo, ¿A quién se le ocurre?

Dobló en una esquina de manera rápida, frenó frente al hospital y bajó del auto.

—Dame, —Me dijo y yo lo ayudaba a bajarlo—Mierda, no puedo con tanto. Llamalos que están adentro, rápido. Ya voy yo.

Corrí hasta la puerta del hospital y entré. Miré a la recepcionista: —¿Señor? ¿Qué le pas-..?

—¡Ayúdenos!—Giré hacia la puerta y vi como Tomás entraba con el cuerpo de Iván, algunos enfermeros trajeron una camilla y lo acostaron cuidadosamente ahí, mientras lo movían con rapidez hacia un pasillo.

Tomás venía a mi lado y yo intentaba alcanzar la camilla.

—¿Qué le pasó?—me preguntó unos de los enfermeros que estaba ayudando.

—Lo drogaron, Escopolamina.

—Carajo, no respira—. La enfermera tomó una linternita y alumbró los ojos de Iván—Puntiforme, mierda. Llevemoslo rápido.

Me agité cuando quise avanzar hacia una de las habitaciones y me prohibieron el paso: —Le pedimos por favor que espere en la sala, ahora debemos hacer lo que podamos para recuperarlo, llevará un tiempo, le avisaremos de todo.

Sentí el brazo de Tomás rodear mis hombros. Lo abracé.

—¿Por qué lo hizo?—le dije, despacio. Me guió hasta las sillas azules detrás nuestro.

𝗜.𝗪.𝗔.𝗕.𝗬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora