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Qᴜɪɴᴄᴇ ᴍɪɴᴜᴛᴏs ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴠɪᴏ Cᴀʀʀᴇʀᴀ.

—Narra Spreen.

Aún no tenía en claro por qué mierda decidí hacer una fiesta en mi casa. Estaba tan mal. Apoyé mi cabeza sobre la mano, mientras tomaba un poco de alcohol en un vasito.

Sentí unos masajes en mi hombro.

—Iván, amor—¿Amor? Me di vuelta al verla a ella. Definitivamente era a la que menos quería ver. Ni siquiera la había invitado, ¿Cómo mierda sabía lo de la fiesta?

—Ahora no, Sofía. No estoy para tus estupideces.

Quise levantarme, pero ella se interpuso colocando un brazo cerca de mi parte íntima. Miré a mi derecha, y Tomás estaba tomando gaseosa en un vasito de plástico.

—Hace rato que extrañaba jugar con vos—Se acercó un poco más a mi cara, olía a alcohol, demasiado. Comenzaba a incomodarme su mano ahí abajo.

La saqué bruscamente.

—¿Podrías dejar de molestar? La concha de tu hermana, Sofía. Te dije que no quiero saber nada con vos. Ya no.

Se relamió los labios.

Sentí la vibración del celular, era un mensaje de Rodrigo, preguntándome si estaba bien. Hacía rato que no hablábamos y me sentía mal por eso. Tenía pensado invitarlo a casa y así poder hablar.

—¿Quién es?—Sofía me sacó el celular de un tirón. Mierda.

—Dámelo—estiré una mano para sacarselo. Cuando lo conseguí, ví que ella le había respondido—Sos una mierda—Le dije, se limitó a sonreír.

—Deberías calmarte, amor—Agarró el vaso de alcohol que antes estaba tomando y me lo dió—tomá un poco, relajate.. estás muy alterado.

Sonrió cuando vió que comencé a tomar. A los segundos noté que empezaba a ver mal, veía doble Sofía.. que pesadilla. Sentí su mano entrelazarse con la mía y así mismo como comenzaba a guiarme hacia algún lugar. Escuché la puerta cerrarse y luego como unos labios comenzaron a usar los míos eufóricamente.

No tenía poder sobre mi propio cuerpo. Me sentía controlado. Sentía como mi ropa comenzaba a ser desprendida de mi cuerpo. Lo sentí por el aire que recorrió mi espalda y también empezó con mis muslos.

—Pará.. —le supliqué de manera débil. Porque así estaba. No había forma que la empuje, ni aunque reúna todas las fuerzas del mundo. Cada parte de mi cuerpo había sido debilitada—Pará, por favor.

El choque de mi espalda contra la dureza de la pared, me hizo un dolor extenso en mi nuca. Haciendo que me trabe al respirar. Podría jurar que ella también estaba a punto de terminar con su ropa. Tenía intenciones de palpar con mis manos su cintura para confirmar mis inquietudes, pero aunque eso quisiera, no podía hacerlo.

No tenía control sobre mis manos, ella se encargaba de besarme ferozmente y yo no hacía nada. Sudaba. Sentía la transpiración hacerse más poderosa en mi mentón y axilas, no podía saber si era algo normal o causado por lo que sea que tenía en ese momento.

Mi visión se tornó en negro y dejé de sentir sus toques por mi cuerpo.

A penas había visto a Rodrigo asomar su cabecita por el marco de la puerta, ella se había detenido.

—Narra Carrera.

Tomás llegó detrás de mí y entró rápido a la pieza. Yo no entendía nada.

—Andate de acá—Tomás le agarró la mano a la chica y la llevó lejos de la habitación, ella estaba mirándome con una sonrisa, parecía ebria.

—Ella.. ¿Sofía?—me autopregunté señalando la puerta.

Con mi boca entreabierta haciendo que el aire sea pesado tanto al entrar, como al salir, cerré la puerta detrás mío y caminé hacia Iván.

—Eu.. —Lo llamé, y estando a unos centímetros de su cuerpo, comenzó a caer, riéndose—¿Estás bien?—lo agarré de la cintura, me quejé por su peso (Que aunque pesaba igual que yo, sentía como si fuese un elefante)—Iván, amigo. Estás todo transpirado, ¿Qué mierda?

—Carreeeeeeera—me dijo, entre risitas. Entendí que estaba drogado, o tal vez ebrio, aunque olía a todo menos a exceso de alcohol—¿Me p-perdonássss?—Largó una risita, recostando todo su peso en mi pecho. Hice el esfuerzo de no soltarlo.

Me reí por sus expresiones mientras lo recostaba en el respaldar de su cama, tenía los ojos cerrados, y una mano seguía jugando en el aire, como si realmente habría algo allí. Se rió y abrió un sólo ojo.

—¿Carre?—Lo miré, en verdad estaba medio desnudo, aunque no me atreví a mirarlo todo, sólo intenté sentarlo mejor y sostener su cabeza.

—¿Qué pasa?

—¿Me perdonás?—Meneó la cabeza, hundiéndola en mis manos. Verlo así me dió mucha ternura, quería guardar esta escena en mi mente y llevarla conmigo hasta morir. Me limité a responderle un pequeño "Sí" y sentarlo contra la pared de la cama.

Parecía dormido. Aunque murmuraba cosas como que veía angelitos en el cielo o arcoiris en mi cabeza.

Me levanté y miré debajo de la cama, cuando me percaté de que había quedado la campera que según yo, era de Sofía. La agarré y, aunque por un lado es invasión de privacidad, revisé su bolsillo.

"Escopolamina, Datura Stramonium"

《♡》

Si saben qué es, sabrán qué pasará. Suspenso para el siguiente cap, ♡.

《♡》

(Siento que la perspectiva de Iván hacía falta para aclarar sus verdaderas intenciones. Hasta ahora me va gustando como va la historia ya que la idea en sí no es hacer todo de manera precipitada, no como un OS).

𝗜.𝗪.𝗔.𝗕.𝗬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora