Capítulo Veintidós: ¿Egoísmo o Razonamiento?

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El pasillo estaba vacío y las puertas que se extendían estaban cerradas, aunque casi podía sentirse la presión de la magia oscura alterando la realidad; traté de percibir la magia de Victoria o la de Avery, pero todo se volvía confuso y se distorsionaba.

Una de las puertas se abrió de la nada y Keane salió, cargando a una niña pelirroja en sus brazos a la vez que le pedía a una mujer castaña que saliera.

–Que beneficio es tenerte de ayuda. –dije.

Keane se apresuró a esconder a la mujer detrás de sí, aunque seguía con la niña en sus brazos.

Levanté las manos– No pienso detenerte.

–No confío en ti, Caín. –dijo con cierto desprecio.

–En otras circunstancias me llamarías suegro ¿no? –sonreí–. Estoy fuera del juego.

–Entonces por qué estás aquí.

–Vine con Avery, pero ella desapareció, así que me dirigía a hablar con tu padre. Esta pelea es entre Victoria y Avery, nadie más debería involucrarse, ni siquiera tu. Volmurus extendió su ejército para capturar a mi hija, así que le pediré que retire la orden.

–Estarías ayudando a Avery.

–No lo hago con esa intención. Los ejércitos demoniacos no son n problema para ella, sé que acabará con ellos en cuestión de segundos y es justamente lo que quiero conservar.

Keane entrecerró los ojos. Desconfiaba de mis palabras– ¿Por qué permitiste todo esto? Es decir ¿Por qué permitiste que Victoria trajera a estas dos humanas aquí?

–¿Crees que Victoria me cuenta cada uno de sus planes? Hizo todo esto a escondidas porque sabe que no la apoyo. Ella quiere darle una lección a Avery, sin importar quien se atraviese en el camino. Lo que busco ahora es proteger lo que levantamos hace mucho tiempo.

Una puerta se abrió y entonces Avery y Oliver fueron expulsados, ambos estrellándose con la pared, cubiertos de icor y sangre. Casi solté una risilla al ver la cara de asco del mocoso, sin mencionar que parecía aterrado.

Avery se incorporó, haciendo una mueca al verme– Sigues aquí.

–Encontré una buena compañía. –dije con tono burlón y sarcasmo.

Keane abrió un portal y dejó que Irina lo traspasara con la niña pelirroja en brazos, luego fue Oliver, lanzándome una mirada desconfiada.

Di un paso hacia ellos– Tal vez debemos discutir un par de cosas.

–No necesito discutir nada contigo, bien dijiste que querías estar fuera de esto. –dijo Avery.

–Si, lo dije.

–Entonces vete y no te involucres, cuida de tu ejército y yo cuidaré de lo mío. –dijo ella tajante.

–No tienes un plan, eso es evidente– miré a Keane–. Les ofreceré uno donde todos ganamos.

Avery miró al chico de cabello como el vino, buscando lo que parecía aprobación, pero el chico no le devolvió la mirada, solo se mantuvo callado con sus ojos flameantes puestos en mí.

–Bien. –dijo Avery, cediéndome el paso para traspasar el portal.

Caminé lentamente para pasar el portal, sintiendo que algo ardía en mis manos cuando estuve en la casa de Irina. Mire las palmas de mis manos, sintiendo una punzada de impresión al ver que Avery no era tan tonta como pensaba. Obviamente no iba a dejarme entrar a su refugio así por así.

Al terminar de detallar las runas de bloqueo que ardían en mis manos, me volví para observar a mi hija, quien terminaba de cruzar el portal con el chico de cabellos rojos como el vino.

#1 Híbrido OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora