Capítulo 14

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Tres años y tres meses antes de que el mundo se acabe:

- No viniste a mi cumpleaños- le dijo Liz con el ceño fruncido. Se había estado debatiendo toda la semana si se lo mencionaba o no. No quería demostrarle cuánto le había afectado que Lucas no haya podido ir, pero en el instante en el que lo  vio, las palabras le salieron sin poder detenerlas.

Esta vez, fue una de las primeras de muchas ocasiones en la que Lucas la haría sentir así: enfadada y decepcionada.

- Estaba ocupado. Te mandé un regalo de todas formas, ¿no?

- Si, pero yo quería que estés allí- le dijo mirándolo.

Lucas se estaba prendiendo un cigarrillo, sentado en el balcón del departamento de Alice con su guitarra negra en las manos. Siempre la llevaba consigo, era casi parte de él. Eso, y aquella mirada que la había sentir la chica más indiferente que alguien hubiese conocido. Pensó y no pudo recordar una sola ocasión en la que Lucas prescindiera de estas cosas.

Casi aburrido, no entendía por qué le afectaba tanto. Era sólo un cumpleaños, tendría muchos más por delante. A Lucas le parecía una ridicules que personas, le pongan tanto énfasis a una simple fecha.

- Lo siento, pero estaba ocupado. No podía ir por más que quisiera- expulsó el humo y volvió a mirar la calle.

Ese día casi no había tránsito, estaba todo desértico y era gracias a que se trataba de un domingo por la tarde. Todos en el pueblo estaban durmiendo o de visita a la ciudad. Y ese vacío,  hacía que el silencio sea mucho más ruidoso.

Liz sabía que Lucas le estaba mintiendo, porque cuando no la miraba a los ojos, él decía todo menos la verdad.

- ¿Por qué no?

- ¿Eh?

- ¿Por qué no viniste, Lucas?

- ¿Siempre haces tantas preguntas?- la miró a esos ojos achinados y marrones que tenía Liz. Ahora dolidos, y muy decepcionados.

Era claramente una pregunta recíproca, porque él mismo sabía que si, que Liz era capaz de hacer hasta las preguntas más ocurrentes posibles.

- Cuando me interesa la respuesta si.

- Entonces debes aprender a no preguntar cosas que no quieres saber la respuesta. A veces es mejor la ignorancia.

- ¿Estabas ocupado con qué?

Lucas inhaló el humo del cigarrillo una vez más y la vio a los ojos.

- Tenía un compromiso con Mora.

A Liz se le formó el nudo más grande en el estómago que alguna vez haya sentido.

- Pero...- la voz se le quebró. Odiaba sentirse tan expuesta, odiaba que su cuerpo y emociones la traicionaran- era mi cumpleaños. Y creía que ustedes no tenían nada... y eres mi amigo.

- Y no lo tenemos, pero...- Lucas vio cuan afectaba estaba Liz y se detuvo-. No sé ni por qué trato de explicártelo. Lo siento, ¿si?

Lucas sólo le decía eso para que Liz cambie la manera de verlo, no porque en verdad lo sentía, aunque Sus ojos lo hacían parecer culpable.

- Creía que estábamos avanzando, que estábamos formando una amistad.

Lucas tiró el cigarrillo en la calle y se quitó la guitarra de encima.

- Y lo soy Liz, eres una de mis pocas amigas verdaderas, pero tmbién tienes que aceptar que esto lo que soy. No tengas muchas espectativas sobre mi, porque nunca las cumpliré. No me gustan los cumpleaños, no me gustan que esperen algo de mi y no me gustan estos planteos. Somos amigos, y esto es lo que daré.

Liz no pudo mirarlo más a los ojos. No porque le intimidaran, sino porque sabía que él estaba siendo totalmente sincero con respecto a aquello. Y eso le dolía.

Y quería llorar, eso era obvio.

- Tienes razón- Liz rió amargamente-, de todos modos era un estúpido cumpleaños- y le sacó de la caja de Lucas, apoyada en la mesa de su lado, un cigarrillo.

Lucas la miraba sin entenderla.

- No hagas eso- Lucas intentó sacarle el cigarrillo-. El tabaco hace daño.

Y las palabras también, pensó.

- Pues no tienes ningún problema con que te haga daño a ti.

- Porque a mi me puede matar, pero a ti no Liz- dijo quitándoselo finalmente de entre sus labios-. A ti no. Eres mejor que esto.

- Tu también eres mejor de lo que dices ser, Lucas.

- No me conoces del todo. Nadie lo hace, ni tú, ni Logan, ni Alice. Creen hacerlo pero no lo hacen. Así que no afirmes cosas que desconoces.

- Sólo quería que vayas a mi maldito cumpleaños Lucas, ¿era tanto pedir?

- Te envié un maldito regalo, ¿no te basta con eso?

- Y te lo agradezco profundamente, pero yo te quería allí. Con el resto de mi familia y amigos- ella sólo lo quería a él, quería que por un día sus ojos de la mezcla perfecta de marrón con verde, la miraran como si todo girase en torno a ella. Y por un día del año, si lo hacía.

Pero Lucas no fue. Lucas no estuvo y sus ojos no la miraron.

Pese a que Liz quería seguir con la confrontación, Lucas ya la había dado por terminada.

Caminó hasta el interior del departamento, y cruzó la puerta, dejándola sola en el balcón, con Alice y Logan en la cocina.

Y pese a que a los pocos días, Lucas fue nuevamente a su casa a leer uno de sus típicos libros como si nada hubiese pasado y con su guitarra en mano. Esa era su  extraña y poco usual manera de disculpa.

Ahora aquello le parecía insufiente. Lucas la había herido.

La verdad era dolorosa, producía pequeños cortes que arden mucho más que uno profundo.

Lucas le había dicho que no esperase mucho de él, porque nunca cumpliría las expectativas que Liz se pudiera hacer de él.

Todo había cambiado, porque ahora estaban todas las verdades sobre la mesa.

La verdad de que a Liz le importaba Lucas.

La verdad de que Lucas consideraba a Liz una de sus verdaderas amigas.

Y la verdad de que Liz era mucho para Lucas.

Sólo que ella sola parecía no verlo, y tampoco le importaba hacerlo.

Antes de que el mundo se acabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora