Unexpected baby! (Camren G!p)

Parte 59

LAUREN POV

Ese definitivamente era uno de los días más felices de mi vida. Como siempre se lo decía a Camila, desde que la conocí, solo tenía días felices.

Yo particularmente siempre había creído que una persona podía tener varios días que podían ser catalogados como los más felices de su vida. En ese sentido, el día de hoy se sumaba a los días más felices de mi vida, junto con el día que conocía a Camila, el día que me dijo que estaba embarazada, el día que aceptó ser mi novia, el día que conocí a Nicole, el día que nació nuestra hija, seguramente algunos otros más, y ahora este.

Camila no recordaba varias cosas, pero recordaba lo principal, que me amaba. Me causó mucha ternura cuando recordó a Nicole como a su hija. Si en algún momento dudaba de que Camila pudiera sentir de alguna manera como una imposición el cuidar a Nicole, esas dudas quedaron descartadas en ese mismo momento.

Por otro lado, lo que sí me dejó desconcertada era el hecho de que, si bien Camila de momento no recordaba lo que había sucedido previamente al accidente, lo recordaría más adelante. Entonces, tal vez sería mejor decirle yo misma lo que había pasado.

Decirle yo misma y esperar a que reaccionara del mejor modo posible. Mejor era que se lo dijera, pues si se lo ocultaba, de repente eso sería contraproducente y si algo me quedaba claro es que no quería pasar un segundo más, lejos de Camila.

Después de todo, yo no había hecho nada. Yo no había deseado a ninguna mujer desde que conocí a Camila. Entonces, no tenía sentido que yo hubiera estado haciendo aquello que nos encontró haciendo Camila a Halsey y a mí. Es más, que ella me estaba haciendo a mí, porque yo no le estaba haciendo nada.

Creo que debería consultarlo con el médico, pero mi corazón me decía que sí, que debía decírselo yo misma. Camila era el amor de mi vida y no estaba dispuesta a perderla por nada en el mundo. Ni a ella ni a la familia que habíamos formado.

- Lo, agua, por fa' - me sacó Camila de mi abstracción.

Le puse a Pazcita en los brazos y le serví un vaso, de la jarra que había. Ella me estaba sonriendo y le sonreí. Qué preciosa era.

- Ten, mi amor - le dije, mientras le acercaba el vaso.

Mientras ella bebía, yo puse un brazo para rodear a Paz, y que no fuera a caerse.

- ¿Me das un poco más? - me dijo Camila, ofreciéndome el vaso vacío.

- Claro, princesa - volví a servirle.

Le di el vaso y repetimos el proceso de hace un momento. Me parecía increíble ver a Camila con Pazcita en los brazos, me encantaba. Podría mirarlas todo el día.

Pazcita con dos meses era un pequeño ser humano adorable, que felizmente había completado su desarrollo gracias a la incubadora.

- La amo - me dijo Camila contemplándola, mientras acariciaba la cara de nuestra hija, y la llenaba de besos.

- Es perfecta - dije, sonriendo como una idiota.

- Tiene tus ojos - dijo Camila, aunque en ese momento, aunque en realidad tenía los ojos de color verde oscuro, como verde petróleo o gris, tal vez. Seguramente le irían cambiando mientras creciera.

Paz no dejaba de mirar a Camila, como si la estuviera reconociendo. Y en ese momento ocurrió algo que ni Camz ni yo nos esperábamos: Paz empezó a acurrucarse en el pecho de Camila, buscando uno de sus senos, creo que quería lactar.

Hasta el momento, a Camila le habían extraído la leche, para darle a Paz. Las glándulas mamarias de Camila funcionaban muy bien y habían producido leche todo este tiempo, para alimentar a nuestra hija.