"Mi Vecino, Toji Fushiguro" || [JUJUTSU KAISEN X TOKYO REVENGERS]

020: "𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐃𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐂𝐈𝐀"

"𝐀𝐪𝐮í 𝐨 𝐚𝐥𝐥á, 𝐚 𝐝ó𝐧𝐝𝐞 𝐯𝐚𝐲𝐚𝐬 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐭𝐮 𝐞𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚"

(* * *) 

—¿Cómo va todo? Dime que no has ocasionado algún problema por favor.— la voz de la castaña sale por la bocina del celular.

—Joder, todo está bien, ¿Por quién me tomas?— contesta el pelirosa que se encontraba en el departamento de Ikki, estaba plácidamente acostado en el sofá de la sala.

Durante los días de ausencia, Ikki enviaba mensajes a Sanzu diario para asegurarse que todo estuviera bien incluso si él no estaba en su departamento. Ahora que tenía un poco de tiempo a solas decidió hablar con él por llamada. 

—Por Sanzu, ¿Te parece poco? 

—"¿Ti pirici pici?"— repite el pelirosa en tono de burla ocasionando una carcajada de la castaña.

—¿Ya te hiciste amigo de Toji o ya casi se matan?— cuestiona sarcástica entre risas.

—Vete a la mierda tú y tu noviecito.— contesta golpeado, —debiste decirme que ese gorila estaba aquí antes de que lo viera.

—Hey hey, no es mi noviecito, y olvidé decírtelo, ya me disculpe por eso... tres veces de echo. 

—Claro, como no vas a olvidarlo si me llamaste solo dos horas antes de largarte, tonta.

Ikki había llamado a Sanzu un poco tarde, ella ya estaba en el aeropuerto cuando recordó que no le pidió a nadie que le echara un ojo a sus pertenencias. En un inicio pensó en decirle a Toji pero al final no lo hizo una simple razón. Ikki se enojó. Demasiado orgullo como para pedirle un favor.

—Mmmmmmhh... ¿Tú cómo estás? ¿Qué desastre has hecho en mi casa?

—Voy a colgarte.

—AAAHHH LO SIENTO, SOLO FUE UN CHISTE.

—Eres insufrible.— responde con fastidio.

—Yo también te quiero mucho, idiota.— contesta de vuelta riendo.

—Estoy bien, ah, y moví las cajas de tus porquerías al nuevo departamento. 

—Aawww, te agradezco la ayuda.

Sanzu estaba por contestar cuando el viejo timbre del departamento sonó. De inmediato se incorporó sentándose, era raro que alguien tocará el timbre en la casa de Ikki, nadie que la conociera o frecuentara lo usaba, siempre llamaban a la puerta. Ikki alcanzó escuchar el sonido en la llamada.

—¿Esperas a alguien, Sanzu? No quiero que metas prostitutas a mi departamento o—  

—No espero a nadie, cállate y dame un momento.