EPÍLOGO

7K 695 84
                                    

Marcela
Estoy muy nerviosa, es la primera vez que regreso a mi país, a mi ciudad, después de que salí aquella noche sin volver atrás, jamás deseé hacerlo, aunque los primeros meses fueran un martirio, pero no quería volver, no quería saber nada de nadie. Mantenía contacto con Mónica y Valentín, pero con nadie más, incluso les pedí que jamás me mencionaran a Roger ni a su familia, y lo cumplieron.

Ahora es tiempo de regresar y no, no es para quedarme, son asuntos de negocios, participo activamente al lado de Sergey mi esposo, sus empresas son mundialmente famosas, viaja mucho a causa de eso y siempre me lleva con él. Lo amo y jamás lo cambiaría por nadie.

Él es el hombre que siempre soñé, y que nunca creí que existiera, es mi caballero de brillante armadura, que vino a mi rescate, cuando más perdida estaba.

Ahora tenemos una niña de 5 años y es la alegría de la casa y la adoración de su padre, hay una conexión tan especial entre ellos, que me enternece el solo mirarlos juntos.

Si me preguntan si quisiera estar en otro lugar, les diría que no, si me preguntan si cambiaría algo de mi vida, les diría que no, no importa por lo que haya pasado. Cada etapa de mi vida fue un escalón para estar en donde estoy ahora, y si digo cada etapa, es porque cada etapa me preparó para algo.

Aún mis épocas más oscuras, la muerte de mi madre, el rechazo de mi padre, el engaño de mi primer esposo, su paternidad, nuestra separación, todo.

Roger fue mi primer amor y lo amé de corazón, por algún tiempo me dio lo que yo más anhelaba y apreciaba, una familia y mucho amor, pero no todas las familias son funcionales, ni verdaderas y las mías, nunca lo fueron. La primera porque me quedé sin padres, a mi madre la perdí, porque no era mi destino tenerla y a mi padre, porque por voluntad propia, me apartó de su camino y aunque me dolió, no estuvo dentro de mis posibilidades el conservarla, y la segunda familia, quizás porque no era para mí, quizás porque no luché lo suficiente y preferí dejarla ir, sin embargo, dicen que la tercera es la vencida y sé, sin lugar a dudas, que esta es mi familia, la verdadera, mi hija y mi caballero de brillante armadura, que me trajo otros padres, una hermana y otra hija,

Así es, mi esposo Sergey, un impresionante hombre de negocios, reconocido mundialmente, por poseer y dirigir uno de los holding más exitoso del mundo, su origen es ruso y va de un país a otro, aunque tiene su residencia principal en Rusia, y que, desde hace varios años, la alterna con Canadá. Sus padres y su hermana dependen de él. Su origen es humilde, su padre siempre trabajó para poder darle estudios a sus hijos y mantener su hogar, y ahora él, le retribuye dándole todo lo que merece, haciendo que en su vejez pueda tener paz junto con su esposa.

Ambos son unas personas sencillas y encantadoras, así como su hermana, los tres me recibieron, primero con reserva, pero al nada más conocerme y entender que yo lo amaba de verdad, me recibieron con los brazos abiertos, y yo a ellos, ellos vinieron a ser mi tercera familia, y los amo de corazón, mis niñas no podían tener mejores abuelos. Serguei los visita con regularidad en Rusia y no duda en llevarnos a mí y a mis hijas siempre consigo

Hablando de abuelos, en uno de nuestros viajes de negocios. No sé si fue casualidad o fue el destino, en uno de los hoteles al que llegamos, me encontré con los padres de Roger, me saludaron con tanta alegría que me enternecieron, fueron tan cariñosos, como en los viejos tiempos, yo no pregunté por Roger, ni ellos lo mencionaron, Tampoco a su nieto, lo que sí hicieron fue sorprenderse con mis hijas y luego emocionarse, me pidieron permiso para llamarlas nietas y tratarlas como tal, no me opuse, ellos me dieron tanto, que lo merecían, a partir de ahí nos volvimos a poner en contacto y ellos empezaron a buscar a mis hijas, a estar en los momentos importantes para ellas y a tratarlas como si fueran sus nietas, con eso me confirmaron que su afecto por mi, siempre fue sincero, ellos siempre desearon que yo les diera ese nieto tan anhelado, su heredero decía mi suegro, ahora lo tienen, pero eso no les impide buscar a mis niñas y los amo por eso.

Sergey por supuesto no se opone, él dice que lo que me haga feliz, está bien, y me apoya, lo amo tanto.

Todo lo malo que me pudo haber pasado, queda olvidado, porque él es quien acapara mis pensamientos, es la luz que iluminó mi vida, con el no existe la oscuridad. Ya quedó atrás, tan atrás que casi no la recuerdo.

*****
Estamos en un centro comercial, Serguei nos dejó un momento para ir a dejar las compras al auto, Katya mi pequeña se divierte en el área de juegos, la observo cómo corre de aquí para allá Feliz, mientras yo cargo en mis brazos a mi otra pequeña de dos años, Marina.

Creo que ha encontrado a un amiguito, lleva diez minutos jugando con él, cuando advierto la presencia de los padre del niño, la atención de él está centrada en su hijo, pero ella me ha descubierto, su primera reacción es de sorpresa, pero luego se recompone y se acerca a él, tomándose de su brazo posesivamente, él la ignora centrándose en su hijo, Katya se despide del pequeño y corre hacia mí, es cuando él se vuelve y me mira, parece que ha visto a un fantasma, se queda estático mirándome y luego a mis hijas, veo sus intenciones de avanzar hacia mí, pero en ese momento siento la presencia de alguien a mis espaldas, Sergey me abraza por atrás y besa mi cuello, Katya se abraza a él y atrae su atención contándole de su nuevo amiguito, el mira hacia donde están él y sus padres, les sonríe y se centra en mi de nuevo, toma en sus brazos a nuestra bebé, acomoda con ternura un mechón suelto detrás de mi oreja y me susurra un te amo a mi oído, luego me toma de la cintura y me da un ligero beso en los labios, acto seguido me entrega de nuevo a Marina sin soltarme y toma a Katia con la otra mano y nos guía hacia la salida. No quiero mirar, pero no lo puedo evitar, volteó hacia donde ellos se quedaron, ella tiene cara de pocos amigos, el pequeño mira a Katia con una sonrisa mientras se despide con la mano y él, él sigue estático, mirando, su rostro está pálido, no hay irá, ni arrogancia en su expresión, sus ojos me muestran una gran tristeza, una tristeza que me parte el corazón, pero no puedo detenerme, hace más de cinco años que ellos quedaron fuera de mi vida, mi vida ahora está al lado del hombre que me conduce con delicadeza hacia el estacionamiento, de mi pequeña Katya, que toma su mano confiada y feliz, sabiendo que a su lado jamás nada nos pasará y de mi bebé, que es ajena a todo cuanto sucede a nuestro alrededor.

FIN

AMOR TARDÍO/ No.1 De La Serie: AMORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora