El polvo se alzó y el metal sonó. Ambos Servant chocaron sus armas en un encuentro furioso, en el cuál ganó claramente la chica; Lancer se repuso en seguida y se colocó en guardia, a la espera del próximo ataque.
Aunque, notó algo... "Esa espada... tiene que ser él, no hay dudas" pensó analizando aquella espada negra como la propia noche. El diseño concordaba con la que utilizaba aquél famoso espadachín y Rey, Ex-Calibur; y solo él podría tener la fuerza para hacerlo retroceder de esa manera tan clara. Lo tenía claro.
"Así que tú eres el Rey de los Caballeros. Arthur Pendragon en persona" rió satisfecho por su descubrimiento.
"Te felicito, has descubierto algo más que obvio. ¿Algo más que añadir antes de que te mate? ¿Lancer?" amenazó Saber apuntandolo con la hoja de su espada. Esas palabras llenas de ironía e incluso con ligera burla en ellas, le llegaron inevitablemente al Servant, que sostuvo su lanza con más fuerza que antes.
Planeaba hacer que se arrepintiera por aquellas palabras, por lo que simplemente se dedicaría a hacer lo que más y mejor sabía hacer...
Luchar.
Con ese pensamiento, Lancer se lanzó a toda velocidad sobre Saber. Haciendo uso de su velocidad, lanzó múltiples cortes que no eran más que destellos rojos para cualquiera.
Para cualquiera, menos para la misma Saber. Su habilidad, su fuerza y destreza, hizo uso de todas ellas en cuestión de segundos para desviar e incluso contraatacar todos los cortes a la vez. En el último intercambio entre ambos, la misma pisó el arma de Lancer contra el suelo con una fuerza descomunal, haciendo un cráter en la tierra; por un momento, lo tuvo a total disposición para decapitarlo.
Ahí, a menos de 20 centímetros. Los ojos rojos de Lancer se encontraron con los de Saber. En aquellos opacos ojos dorados, solo había promesa de muerte para sus enemigos. Lancer consiguió salir de aquella hipnosis en la que estaba producto de esa mirada y soltó la lanza, evitando por milésimas de segundo lo que era una muerte segura por parte de la filosa Ex-Calibur.
Se alejó lo más rápido posible de su oponente, llamó a su lanza y está llegó a sus manos en seguida. Apenas salir de aquella tempestad de ataques, sintió como varias partes de su cuerpo empezaban a picar, al ver los sitios en donde pasaba tal cosa; resulta eran son cortes relativamente profundos en sus brazos, piernas y torso.
Gotas de sudor y sangre bajaban por su frente y cuerpo respectivamente; Saber era fuerte, muy fuerte. Y no solo eso...
"Esos ojos... Tch" dijo por lo bajo y para sí mismo. Le había intimidado, podía sentir como su lanza vibraba un poco, su agarre no era el correcto, debido a que estaba temblando.
"Creo que será mejor que guarde para mi Noble Fantasma. No puedo arriesgarme a mostrarlo y no acabar con el enemigo, aparte sería revelar mi identidad en vano. Ya que lo más probable..." meditó a la vez su entrecejo se contraía. "Es que no pueda acabar con ella ni con mi Noble Fantasma..." pensó frustrado. Miró el como Saber comenzaba a caminar hacia él tranquilamente, descuidando totalmente su defensa.
"Así que caminas hacia mi de esa manera tan despreocupada y sin protección alguna... ¿Puedo tomar eso como una ofensa?" preguntó, su semblante se arrugó en molestia por aquella acción.
"Tómalo como te plazca. No eres merecedor de que use mi armadura, ya que ni siquiera puedes tocarme. Solo puedes..." asentó bien los pies en la fría tierra, pequeños cráteres salieron se dejaron ver debido a la presión y fuerza de su pisada. "Morir" sentenció claramente, lanzándose a toda velocidad, Ex-Calibur se tiñó de furiosas auras rojas y negras que bailaban con locura a través de la hoja.
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Fate: Más allá del Destino
Fanfiction«𝑺𝒊𝒏𝒐𝒑𝒔𝒊𝒔» Dos espadas negras, capaces de cortar el Destino. Separadas son peligrosas, unidas... Son invencibles. El Servant perfecto para el Master perfecto debido a una invocación poco probable. ✔︎ «𝑨 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂» Ruta e...