Capítulo 5

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Ichigo pasó la noche cómodamente. Fué llegar y dejar sus cosas en la sala, desempacando solo lo que iba a utilizar esa noche para dormir y que su cuerpo descansase del duro día de ayer.

Taiga había sido muy amable, ayudándole con sus cosas y mostrándole el baño para que tomara una ducha, posteriormente y siempre con una sonrisa en el rostro de forma energética, le mostró las habitaciones, diciéndole que tomara la que más gustase.

Por extraño que pareciese, esta le preguntó si se podía quedar unas días más en el lugar, ya que necesitaba tiempo para sacar sus cosas de la casa; alegando que ahora, como ya él estaba pagando el alquiler; no se veía con mucho derecho de estar mucho tiempo en ese lugar a pesar de ser suyo para empezar. Ichigo rápidamente entendió el punto, y solo le dijo unas palabras.

"¿Qué clase de pregunta es esa? claro que puedes quedarte el tiempo que necesites. Es cierto que estoy pagando el lugar, pero eso es porque tu lo pusiste muy barato en primer lugar; que yo esté aquí en este lugar es gracias a tí" le dijo seriamente justo antes de tomar camino a su habitación con intención de dormir lo máximo que pueda.

Al momento de cerrar la puerta, pudo escuchar como esta le gritaba al otro lado de la puerta a modo de agradecimiento. "¡Muchas gracias Ichigo! ¡A pesar de que tu cara da miedo, se ve que eres una muy buena persona!" escucho. Le salió una vena en la frente por la última oración, fue muy sincera, demasiado. Suspiró en busca de paciencia que comenzó a pensar iba a necesitar y mucho, y se acostó a dormir.

Se despertó por unos gritos de terror provenientes de la cocina, se levantó rápidamente y salió corriendo hacía esta a toda velocidad, pensando que estaba pasando algo malo. "¡Taiga! ¡Qué es lo que está pasand-"

"¡Se me quemó el panqueque! ¡Waaaaah!" lloró la mujer con un sartén en la mano, Ichigo en vez de un panqueque observó un pedazo de carbón.

"¿Esto es en serio?" preguntó a la mujer, que lo veía con lágrimas en los ojos por lo que había hecho. Rápidamente sonrió al verlo y quiso acercarse.

"Ichigo, pero que casualidad. Sería que me puedes ayudar a-"

"...iré al baño" suspiró Ichigo, sosteniéndose la cabeza por el susto. Taiga solo lo miró fastidio en su rostro.

El peli naranja se apresuró en hacer sus necesidades y salir de este, buscó en una de sus maletas su ropa y se cambió, vistiendose de manera casual; volvió a llegar a la cocina.

Lugar dónde Taiga estaba comiendo con tranquilidad pequeña mesa en el centro de la sala. El peli naranja observó como estaba un panqueque del otro lado de la mesa, antes de que él preguntase, la mujer se le adelantó.

"¿A qué esperas Ichigo? siéntate, se va a enfriar" le dijo señalando el asiento.

"¿Es para mí?"

"¿Para quién más seria?"

Tenía razón, quizá se estaba preocupando de más. Así, se acercó y se sentó en la mesa para poder comer tranquilamente. "Muchas gracias por la comida, Taiga. Provecho" se llevó un poco de comida a la boca, y justo cuándo la tenía sobre su lengua; observó el como la mujer frente a él reía con malicia, ya era demasiado tarde para pensar en porque reía cuando ya se encontraba masticando la comida. Y esta era... picante...

Fate: Más allá del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora