Capítulo 3

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- Hace dos años -

"Aún puedo recordar eso sensación muy claramente, es como si mi cuerpo lo extrañara. No, a quién quiero engañar, yo también lo extraño" dijo Ichigo con tristeza. Estaba flotando en un vacío, parecía que era lo que quedaba de su Mundo Interior.

Por supuesto, ahora ya no había nada y era la nada absoluta y desoladora. Estaba oscuro, tan oscuro que solo podía ver su propio cuerpo.

"Me quejaba cuando los tenía, maldecia el día en que los obtuve, y ahora... solo puedo sentir un vacío infinito al momento de perderlos. Puede que al final sea verdad..." miró su mano, y la estiró a la nada.

"No sabes lo que tienes, su valor, ni lo valoras como se debe, hasta que lo pierdes. Y al momento de darte cuenta de lo mucho que querías ese algo, ya es demasiado tarde para valorarlo, y llega el arrepentimiento" meditó, la mano que había estirado comenzó a ser tragada por la atemorizante oscuridad, al igual que el resto de su cuerpo; sin embargo, Ichigo se mantuvo tranquilo.

"Si hubiera sabido que todo esto iba a pasar, habría preferido nunca haberlos tenido. Uno no puede lamentar haber perdido algo cuando nunca lo ha tenido en primer lugar. Pero... ya es tarde para pensar en lo que pudo haber sido, y nunca fué..." culminó, sus ojos se comenzaron a cerrar lentamente y su cuerpo fué envuelto totalmente por la desesperante oscuridad.

Momento en que abrió los ojos, y en total contraste con el lugar en dónde estaba antes; una intensa luz llegó a sus retinas, haciendo que cierre los ojos brevemente, dejando que estos se acostumbren a la nueva y brillante iluminación.

Sí, había despertado.

Ichigo miró cama, era la misma, al igual que su habitación, su casa y ciudad. Nada había cambiado y eso era algo que al menos le servía de consuelo.

Se levantó de la cama con desgana en dirección al baño, no sin antes evitar una patada voladora de su padre que insistía en ‘Animarlo’ con ese tipo de cosas, de cierta manera lo hacía, animaba sus ganas de darle una golpiza a su padre como desquite, pero sabia que estaba mal; pero las ganas de hacerlo era algo que tenía y de sobra.

El desayuno se fué en un instante, no prestó atención alguna a los temas que conversaban Yuzu y Karin, ni a los fallidos intentos de su padre por fastidiarlo de cualquier manera. Sus hermanas le preguntaron si todo estaba bien con él, ya que parecía desconectado el mundo, y no era cuestión de ese día, sino que llevaba un mes en ese estado; era un estúpido, se estaban preocupando por él y lo sabía.

"No es nada. Es solo que la preparatoria a comenzado fuerte este año y estoy muy concentrado. No se preocupen" les dijo para que dejasen de preocuparse por él, aún si tenía que mentirles para ello. Estas lo aceptaron de inmediato, por su parte Ishinn suspiró, sabiendo el porque de las actitudes de su hijo a la perfección.

Fate: Más allá del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora