Fate: Más allá del Destino

Capítulo 2

Saber estaba más que preparada para cortar a Lancer en incontables pedazos justo en ese lugar. El como la llamó no es más que una terrible ofensa que era intolerable para un Rey, y quería hacerlo pagar con su sangre en ese mismo instante.

Con su armadura puesta, sacrificaba su velocidad a cambio de más poder destructivo, debido al peso que tenía aquella atemorizante armadura, hacía que sus ataques fuesen más pesados en consecuencia. La desventaja de la velocidad no le importó en lo absoluto, ya que, Lacer no iba a escapar de ella si tan solo se mantenía concentrada en lo que estaba por hacer.

Saber, con ese pensamiento, comenzó a caminar con lentitud hacía un Lancer que solo estaba pensando en la manera de salir de ese lugar lo más rápido posible; pelear de frente contra un oponente tan formidable solo haría que lo matasen sin más, sería una vergüenza ser el primer Servant que cayese en esa Guerra del Santo Grial. Quería pensar en una salida, sus ojos, se movían furiosamente en todas direcciones en búsqueda de una salida viable; en todas ellas, concluyó una sola cosa.

No había escapatoria.

Apretó los dientes a la que vez que el agarre en su lanza se endureció en consecuencia. En cada una de las posibles vías de escape, podía ver su cabeza rodando por el suelo. Dió un paso atrás, a la vez que Saber ya había dado cinco hacía adelante.

El sonido del calzado pesado y metálico de la caballero resonaba por todo el lugar, en una marcha constante y firme, que transmitía pura peligrosidad y sed de que sangre fuese derramada. "Sé exactamente en lo que estás pensando, cobarde. Solo quieres huir lejos de mí. Puedo oler tu miedo incluso a kilómetros. Tú, un 'Orgulloso' Espíritu Heroico, tratando de huir. Es tan penoso que me haces sentir lastima" dijo Saber seriamente, el veneno en sus palabras era evidente.

El enojo se presentó en la cara de Lancer, pero no pudo contradecirla, ya que todo lo que había dicho era cierto; era una vergüenza el que siquiera estuviese considerando huir. "Tch, este día a sido una mierda total para mí" pensó, todo había salido mal. Una gota de sudor bajo por su mentón, cayendo y perdiéndose en el frío concreto.

Momento en que Saber había pisado fuertemente, estando más que preparada para lanzarse contra el Lancero, este levantó su arma en defensa del ataque que estaba por venir.

"Servant de clase Saber..."

Una leve voz, con sorpresa, extrañes y estupefacción, todas mezcladas en ella; se dejó escuchar en el ambiente, el tiempo pareció detenerse por unos segundos que parecían ser mucho más que eso.

Saber detuvo su ataque de golpe en cuanto esa voz desquebrajo casi por completo su concentración. La caballero, sin deshacer su postura de ataque ni un instante, poco a poco y con una seriedad de ultra tumba, miró por encima de su hombro, ya que la voz provenía de metros detrás de ella. En seguida dió con la causante de aquella molesta interrupción.

Una chica, pelinegra, dos coletas sosteniendo su sedoso y hermoso cabello que parecía brillar levemente por la tenue luz de luna en el lugar. Se había quedado embelesada e hipnotizada mirando a Saber como si fuese su mayor anhelo, e inconscientemente pronunciando las palabras antes escuchadas por ambos Servant en el lugar.