Exceeding Limits |Libro 1| |BORRADOR|

4. Loco por ti

Me harían un gran favor comentando mucho 😭, juro que, si lo hacen, actualizaré más seguido. No es mucho esfuerzo, sería de mucha ayuda.

Y si lo hacen, no los eliminen. Me gusta leer sus comentarios 💗.

También pido una disculpa si hay errores, escribí rápido y no me dio tiempo de editar el capítulo. Si está mal redactado también, mi vista ya no pudo más y todavía me falta escribir el otro.

***

Mini maratón 1/2

Adrián:

—Eres muy bonita—sonreí viendo ese par de orbes verdes que me gustaban mucho, las mejillas de Camila se calentaron.

—Gracias, Adriancito—mostró sus pequeños dientes en una enorme sonrisa que me hizo soltar un jadeo.

Ella era preciosa, y me gustaba mucho.

Me gustaba Camila y no Lucia como decía mi abuela, esa niña no me gustaba para nada. Era linda, sí, pero no era Camila.

A mí me gustaba ella y nadie más.

—¿Quieres ser mi novia? —pregunté en un susurro para que nadie más nos escuchará, Cami abrió mucho los ojos y llevó las manos a su boca, impresionada.

—¿Eso no es cuando seamos grandes? —cuestionó del mismo modo acercándose más a mí para mantener nuestras preguntas en secreto.

—No importa, yo quiero que seas mi novia ahora—nos sentamos en el césped y comencé a jugar con el mechón de cabello que le caía a un costado.

—¿Y si mamá y tu papá nos dicen que no es correcto? —me quedó viendo—. Yo no quiero eso.

—Que sea un secreto—propuse—. ¿Qué te parece?

Lo pensó un momento antes de darme una enorme sonrisa que aceleró mi corazoncito y asintió repetidas veces.

—Sí quiero, Adriancito—me dijo y fue mi turno de sonreír enormemente.

—Ahora somos novios y tienes que darme un beso para cerrar nuestro pacto—sugerí y luego agarré su pequeña mano.

—¡¿Un beso?! ¡Nunca me dijiste nada de eso! —exclamó horrorizada y reí.

—Es lo que hacen los novios—dije—, bésame, Camila.

—No—negó.

—¡¿Por qué?! —me quejé—. ¡Yo quiero besarte así como papá y tu mamá!

—Mejor cuando seamos grandes—me abrazó de lado—. Nos vamos a casar cuando grandes, ¿verdad? —cuestionó y de inmediato asentí.

—Sí, vamos a casarnos.

—Te quiero—susurró antes de besar mis mejillas y éstas mismas se calentaron.

—Yo también—repetí.

Todos los recuerdos que había vivido con Camila pasaron por mi mente mientras la miraba alejarse de la fiesta y de nosotros.

Estaba más que claro que lo que habíamos dicho era un juego de niños que no sabían nada de la vida, pero en algo tenía razón.

Camila me gustaba y no ninguna otra. No Olivia ni nadie más.

Olivia solo era una distracción para no pensar mucho en ella, no podía detener mis impulsos y no quería asustarla porque Amila era una chica muy inocente a mi parecer.