29. ¿Cuál perdón? Encuérate

5.2K 288 88
                                    

Ya saben, ignoren los errores y solo voten y comenten para tener el capítulo 30 rápido. Es un trato.

***

Cuando desperté de la siesta luego de haber llorado como nunca, Sam me ofreció chocolate caliente por el frío, ya que no había parado de llover para nada y nos estábamos congelando. Tal parece que el cielo tenía mi mismo humor, después de todo, desde que había encontrado a Adrián con Olivia empezó a llover. Seguro se apiadó de mí y me estaba haciendo compañía.

Le di un sorbo al chocolate, sin dejar de llorar.

—E-es que yo no lo entiendo, ¿sabes? —murmuré, sosteniendo un pañuelo con la mano que no tenía ocupada. Limpié mis mocos y continué—: Yo me entregué completamente a él, tú lo sabes. Él fue mis primeras veces en todo, literal. No sé por qué me paga de esa manera.

»Lo peor es que no puedo dejar de amarlo, ¡él era el amor de mi vida! —solté otro sollozo fuerte, tapando mi rostro con la mano donde tenía el pañuelito que se encontraba lleno de mocos—. Me iba a arriesgar a muchas cosas por él, pero simplemente... se fue con ella y, aunque mi psicóloga haya hecho muchas cosas para que yo estuviera conforme conmigo misma, Adrián acaba de echar todo ese trabajo por la borda.

»¡Es que fui una tonta! ¿Qué iba a esperar de una persona que arrasaba con todas las chicas que se le cruzaba? Fui una idiota al pensar que iba a cambiar por mí, alguien que ni siquiera se podía mirar al espejo sin sentir asco de su propio aspecto.

»Yo... yo no soy nadie al lado de Olivia, ella es hermosa, Sam.

Sam me observó con pesar, quitándome la taza de las manos para ponerla en la mesita de centro que estaba ahí. Luego, me envolvió en sus brazos y me abrazó mientras le lloraba en el pecho llena de decepción, frustración y, sobre todo, por el corazón roto.

—Tú también lo eres, Mila. También eres mejor que ella y no lo digo por ser tu mejor amiga, es la verdad. Eres una chica preciosísima —besó mi cabeza —. Adrián es un imbécil que no sabe lo que se ha perdido.

Eso no me tranquilizaba nada. Más bien, me ponía peor.

—Yo lo amo, Sam —fue lo único que dije, con la voz quebrada.

—Lo sé.

—Lo amo tanto al punto de dar mi vida por él si así me lo pidiera.

—Lo sé.

Mi gran error era sentir mucho, porque, cada que lo hacía, siempre encontraban la manera de joderme y esto era un claro ejemplo de ello. Sentía muchas cosas, no importaba la situación, siempre pasaba lo mismo.

Era una persona que vivía la vida de una forma distinta, una persona que siempre soñaba despierta y ese era otro error de mi parte.

+++

Cuando dejó de llover, tuve que llamar a mamá para que viniera a recogerme. No quería llegar a casa porque tenía que verlo, pero no había elección, no podía quedarme en casa de Sam esta noche. Su madre llegaría con su nuevo marido y no quería incomodar, así que, contra mi voluntad, debía volver a casa.

Cuando mamá apareció en su súper auto lujoso que Axel le había dado (uno que obligadamente había aceptado porque ella odiaba que gastara tanto en ella), me despedí de mi mejor amiga y me subí, de inmediato, la mujer que me había parido y al mismo tiempo criado, me observó con el ceño fruncido.

—¿Sucede algo, cielo? —cuestionó.

Claro, mi madre me conocía a la perfección al punto de saber cuándo estaba bien o no.

Exceeding Limits |Libro 1| |BORRADOR|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora