Como yo

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Nota aclaratoria:
Este oneshot está situado en un MUY AU del universo de Eskatesai (uno donde existen los estados con patas xd) y dentro de cierta línea temporal en su historia, por lo que las personalidades de México y Perú son lo más afines a sus personajes. Gracias uwu

Ahora sí. ¡Ámonos recio!

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Era otra noche tranquila en la casa de México, un viernes que sólo prometía un relajado fin de semana y como tal, planeaba disfrutarlo con su actual pareja, quien por cierto se duchaba en el piso de arriba mientras él estaba en la cocina, decidiendo lo que prepararía para cenar.

Tras notar la intensa mirada de una de sus mascotas, esbozó una sonrisa divertida y le lanzó un pedazo de brócoli a su muy animado Pancho, quien lo engulló en dos bocados.
—Todos aquí peleándose por los filetes y tú feliz con las verduras, me saliste vegano mi Panchito~
En ese momento sintió la vibración del teléfono en su bolsillo.
—¿Buenoooo?~ Ah qué onda Sánchez, ¿qué pasó?.... ¿Hm? ¿Un auto?—miró de reojo el pasillo que llevaba a las escaleras, confundido—. Pues no, ya no espero más visitas.... ¡Nonono, no dispares por favor! Luego por qué dicen que soy peligroso, ¡me espantas a la gente!..... Tú déjalo pasar y ya veremos, ¿sale?

Tras colgar suspiró, aliviado. Su protector nacional se tomaba muy en serio la labor de entrenar a los reclutas en cuestiones de seguridad, en especial a los francotiradores.
Se colocó su chaqueta de cuero y salió al patio delantero justo a tiempo para ver cómo un auto deportivo rojo se estacionaba en la zona; las placas eran extranjeras y no le tomó mucho reconocer a la figura que emergió del vehículo: cejas pobladas, ojos grandes y azules, cabello castaño claro y alborotado, recogido en media coleta; era de complexión similar a la suya y sus colores y diseño, muy parecidos a los de su mejor amigo, Chile.
Su expresión de asombro pronto se transformó en una cálida sonrisa.
—Texas... Esta sí que es una sorpresa.
—Hi Mexico—saludó el recién llegado, acomodando su chaleco de cuero en ademán desinteresado—. I won't be here long, I've just came to grab some of my stuff.

Su sonrisa se debilitó un poco.
—Uh... Sure? Deben estar en el cuarto de atrás—señaló la casa con su pulgar—. ¿Gustas pasar? Acabo de hacer café de olla, aunque no muy fuerte porque luego no duermo jajaja.
—Nah. I'll wait here.
—... ¿Aquí afuera?
—Yeah—México frunció el ceño, contrariado, a lo que Texas se encogió de hombros con aire relajado—. No worries, take your time Mexico.
—Es "papá", Texas—declaró el peliblanco, dando media vuelta hacia la casa, aunque a medio camino le miró de reojo—. You DO realize we can also speak in Spanish, right?
—Claaaro, Mexico.



No le tomó mucho encontrar lo que buscaba. Con el pasar de los años, las pertenencias de Texas poco a poco fueron enviadas al territorio de USA y hoy día sólo le quedaba una pequeña caja con algunas cosas; lo que le sorprendió sin embargo fue encontrar una vieja fotografía sobresaliendo de un borde.
Era de 1848 y estaba casi carcomida por el tiempo, apenas se alcanzaban a ver algunos de sus estados; recordaba cuando la tomaron, era en conmemoración de un gran evento histórico, aunque más celebrado por USA. Paseó los dedos por los rostros de tres de sus hijos con aire nostálgico, antes de volver a meter la fotografía en la caja y dirigirse con ésta al patio. Escuchó leves sonidos que provenían de la habitación, así que se asomó por las escaleras.
—¡Bebé! Vino Texas de visita, estaré afuera con él ¿vale?
—.... ¡De acuerdo!

Para cuando salió de nuevo, el castaño estaba recargado en el cofre del auto y jugaba con una moneda entre sus nudillos.
—It's a nice place you got here—comentó, aunque ante una mirada del contrario suspiró con cierto fastidio—. Tienes una linda casa.
—Gracias. Y eso que no la has visto por dentro.
—No hace falta—repuso el castaño; al ver por fin la caja que sostenía el peliblanco silbó de sorpresa—. ¿Es todo lo que queda? Pensé que sería más.
Tras recibirla, abrió la cajuela y comenzó a acomodarla dentro. México le observó, torciendo su semblante ante la evidente tensión en el ambiente; cuando el de la estrella cerró la cajuela separó los labios para hablar, pero el otro fue más rápido.
—Okay, creo que ya está casi todo. Sólo me falta una cosa...

Oneshots MexperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora