A tu ritmo

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Movió la cabeza de lado a lado, entretenido, para luego tomar el vaso que le ofrecían sin siquiera ver el contenido. Apenas comenzó a beber, no tardó ni tres segundos en escupir.
—¡Agh! Weon culiao ¿¡qué es esta wea!?
—Cerveza, pelotudo ¿qué más va a ser? ¿Y vos por qué la tomás si no la toleras?
—¡Que sí la tolero, sólo pensai que era soda!
El chileno agitó su vaso con energía, salpicando la camisa del argentino.
—¿¡Pero qué mierda forro!? ¡Era nueva!
—Igual que las otras 10 que tienes en el armario, Arge.
—¡Cerrá el orto, Perú! Que vos de facha tenés lo que un perico de morsa.

El grupo rio, divertido. Ya a ninguno le sorprendía que este tipo de "discusiones" ocurrieran, sobre todo en una fiesta y con un par de tragos encima.
Y vaya fiesta más peculiar: su anfitrión era Holanda —ahora oficialmente conocido como Países Bajos—, quien en una visita a América, había organizado un evento masivo e invitó a algunos countries de otros continentes, dándole al lugar un aspecto de diversidad colorida. Esto sólo hacía juego con la decoración y la fila de botanas dispuestas en una larga mesa.

Sin embargo, había un detalle en particular que los tenía intrigados y eran las palabras que su amigo México les dijo, antes de guiñarles el ojo y desaparecerse hacía un rato.

"Esta peda se va a poner mejor. Sólo esperen al cambio de luces".

México no era del tipo discreto, mucho menos alguien tranquilo, así que cuando decía que esa fiesta se pondría mejor sólo podía significar que ahí se iban a amanecer, una señal que toda Latinoamérica entendía bien.

Mientras Perú bebía su cuarto vaso consecutivo de cerveza —y Argentina forcejeaba con Chile para quitarle el suyo—, observó a algunos de los invitados.
Ahí estaban Alemania y Países Bajos, conversando amenamente con su distintivo acento; en una esquina, una tímida Japón reía aparentemente por los chistes de Canadá y cerca de la barra, la bella Rusia soltaba sonoras carcajadas ante un Estados Unidos que lucía algo nervioso.
Se trataba de otra fiesta que se organizaba entre countries, sólo que más grande esta vez. O eso creyó, hasta que la música y las luces se apagaron de pronto.

Segundos después, una voz familiar resonó en el lugar.
—Heeey ¿qué tal países bonitos? ¿Disfrutando la fiesta o qué?—algunos alzaron sus vasos, alegres—. ¿Están listos para más? —un par de vasos adicionales se unieron en respuesta—. ¡No los oigo!, ¿¡están listos para más!?
Un coro general, incluyendo al de la Unión del Pacífico, se hizo escuchar con más fuerza.
—¡Así mero, cabrones!

Un suave ritmo emergió de la oscuridad. Al mismo tiempo, un trío de luces verde, blanco y rojo se proyectó sobre un pequeño escenario improvisado al fondo del local, revelando a México de pie frente a una mesa, que llevaba unos audífonos de diadema y deslizaba sus dedos en lo que parecía un controlador.

No, no parecía: era un controlador DJ.
Un jodido controlador que México manipulaba con facilidad mientras el ritmo se mezclaba con otros, aumentando la intensidad.

La mezcla alcanzó su punto máximo al liberar el característico grito de mariachi en un solo, alterado después con intervalos rítmicos que estallaron en otra combinación a la que se le unieron proyecciones de iconos mexicanos.

Los gritos entusiastas de los invitados no se hicieron esperar, antes de que comenzaran a bailar al ritmo de su música, igual de contagiosa pese a tener cierta influencia extranjera.
Pero había otros a quienes todavía les podía más la sorpresa y entre ellos se encontraban los amigos del peliblanco. Boquiabierto, Perú se volvió hacia Argentina y Chile, quienes tenían la misma expresión.
—¿Qué chucha?
—Posta. El pibe hablaba en serio cuando dijo que experimentaba con un género musical.
—Ah... Por eso se reunió tanto con Alemania y Países Bajos estos meses.
—Buen gusto po.
—¿Y qué estamos esperando?—dijo el albiceleste, tomando a Chile del brazo—. Vamos a enseñarles a estos boludos cómo nos movemos—mientras se alejaban, miró a su amigo de reojo—. Che Perú, ¿venís o no?
—Voy por más chela pe.
—Dale.

Oneshots MexperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora