Egoísta

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Salió del recinto a paso presuroso, anhelando el aire fresco después de estar horas sentado, escuchando los informes de los países en turno y participando ocasionalmente en estos, algo usual en las juntas trimestrales de Madame ONU. No obstante, el motivo de su "huida" era porque ese día algunos aromas alfa estuvieron particularmente fuertes y molestos, haciéndole arrugar la nariz a cada rato pese a que él poseyera su propio aroma dominante y que antes se rociara con un difusor de feromonas.

Aunque si lo pensaba, ¿sería mejor estar con los omega? Todas esas dulces, seductoras fragancias tentándolo por horas y llenándolo de imágenes lujuriosas...
No. Precisamente por eso ONU siempre separaba a las castas y las sometía a estrictas medidas de control hormonal para llevar las juntas en paz.

Detuvo su andar, echándole un vistazo a su reflejo en las aguas de una fuente decorativa y examinó su cabello para luego recogerlo en media coleta, dándole un aire rebelde, de esos que le fascinaban a sus citas.
Esbozó una sonrisa ladeada.
Sí, bueno... Madame ONU podría mantener cierto control dentro del recinto, pero una vez fuera la cosa cambiaba.

Sintió una vibración en su pierna y sacó el celular para revisar las notificaciones; varias eran de Colombia. Ah... andaba muy insistente ahora, ¿tendría su celo pronto? Si así era, él encantado de ayudarlo con eso.

Parce, usté a mí no me engaña. Sé muy bien que quiere un poco de esto.

El mensaje venía acompañado de una foto sugestiva aunque cortada en el punto exacto, a lo que México sonrió mientras tecleaba su respuesta.

No creo. Yo nunca me conformo con "un poco".

La última vez bastó un faje en la casa de Vene...

La última vez andabas bien caliente, wey. Como ahorita.

Mire qué perceptivo. ¿Entonces marico? ¿Pasa por mí a las 9 o qué?

México soltó una suave carcajada. De unos meses a la fecha, al colombiano se le hizo costumbre agarrarlo de juguete sexual.
No que le importara. Después de todo, él también lo usaba.

Justo cuando se disponía a responderle, escuchó un cristalazo y en seguida un alboroto provenir de una de las jardineras. Conforme se acercaba, percibió ligeros pero distintivos aromas dulces, mezclados con otros más dominantes y al llegar le recibió la imagen de dos countries luchando entre sí, un tercero intentando separarlos sin conseguirlo. Detrás de ellos había una ventana rota, quizás producto del forcejeo.
—¿¡Eri cojudo o te haces!? ¡Dije que ya no quiero nada contigo!

Chile, un lindo omega de dulces ojos dorados, ahora tenía la expresión desencajada y temblaba de rabia mientras era sujetado de las muñecas por un tipo a quien sólo podía verle la espalda encorvada, pero su aroma lo delataba como alfa.
Este alfa balbuceó —o gruñó— algo, antes de tomar al chileno por los hombros y zarandearlo, pero éste no desaprovechó la oportunidad y pateó su entrepierna.
México cerró un ojo e hizo una mueca por el dolor ajeno mientras el otro caía al suelo; por lo visto era un alfa bastante resistente y bastante necio, porque tan pronto Chile quiso alejarse, lo sujetó por el tobillo e intentó levantarse.

El tricolor no sabía cuál era el problema entre ambos, pero su pelea estaba llamando la atención de más representaciones, quienes empezaban a formar un círculo alrededor.
Chile luchó por liberarse del agarre y cuando lo consiguió empujó al contrario de vuelta al suelo, gritándole una serie de insultos de los cuales México sólo entendió la mitad. Bolivia, el otro omega que intervino, ahora detenía al chileno por las axilas, rogándole que se tranquilizara.
Los otros countries cuchicheaban entre sí, algunos señalando los cristales rotos o las macetas volcadas; a este paso Madame ONU no tardaría en aparecer.
—Me lleva... ¡A ver! ¡Ya párenle a su desmadre!

Oneshots MexperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora