El niño se entretenía sentado en el suelo rodeado de varios muñecos de trapo. El vampiro estaba de espaldas a él colocando los vasos que acababa de fregar. El cascabel que llevaba en el interior uno de los muñecos le hizo volver la vista, Jacob lo había lanzado hacia delante y empezó a aplaudir. De repente el pequeño colocó ambas manos en el suelo tratando de incorporarse. El hombre, pensando que caería hacia delante por el peso de la cabeza y la poca estabilidad del niño, se aproximó para levantarlo, pero Jacob se las apañó para hacerlo solo. El vampiro se agachó a su lado, impresionado.
—¿Eres capaz de levantarte solo? ¿Vas a aprender a andar antes que hablar?
Hacía unas semanas que cumplió dieciséis meses, a veces balbuceaba cosas sin sentido y otras pedía pan o agua de manera bastante clara, pero no había pasado de allí. Él trató de enseñarle su nombre en vano pues cada niño llevaba su propio ritmo de aprendizaje. Jacob se tambaleó al ponerse en pie, al recobrar el equilibrio dio un pasito en dirección a la cocina, el vampiro se puso en pie a la vez que soltaba un sonido de júbilo. Al oírlo Jacob dio unas palmadas, alegre.
—Ven conmigo. —Pidió colocándose a unos pasos de distancia—. Vamos, Jacob, puedes hacerlo.
El pequeño miró al hombre con una sonrisa y avanzó otro poco, al ver que no caía soltaba una tierna carcajada mientras el hombre le aplaudía. Esperaba unos segundos antes de hacer otro intento aunque al apoyar el pie en el suelo cayó de culo. El vampiro creyó que se echaría a llorar por la seriedad en su cara, pero parecía más enfadado que dolido. Con una sonrisa lo alzó en brazos.
—Mi pequeño Jacob. —Apretó la mejilla del niño que atrapó su mano entre risas.
El resto de la casa continuaba siendo ese amasijo de ruinas que conoció años antes, sin embargo, solo la estancia que utilizó como la habitación del pequeño fue restaurada en pared y suelo. La cama de madera amarilla descansaba en la pared del lado derecho, una lámpara a juego con las sábanas, un armario blanco y una suave alfombra eran los muebles que decoraban el cuarto.
Unas noches más tarde el hombre se encontraba en el sillón sentado en la oscuridad leyendo un viejo libro. Escuchó un débil golpe en la habitación del fondo y agudizó el oído, antes de echar a andar Jacob apareció en el salón y se subió a su regazo. Se acomodó contra el pecho del hombre quien le abrazó para tranquilizarlo.
—¿Has tendido una pesadilla? —El niño se arrellanó todavía más contra su pecho—. No pasa nada, pequeño, sabes que estoy aquí contigo por lo que nadie puede hacerte daño. —Le abrazó notando como el cuerpo de Jacob se relajaba cada vez más.
—Pa —susurró el pequeño, el vampiro se apartó levemente de él para mirarle.
—¿Qué has dicho?
—Pa.
—¿Soy yo? —Jacob asintió con los ojos casi cerrados—. A-lec —dijo despacio para que le llamara así, como tantas otras veces había intentado enseñarle.
—Pa —repitió con voz de dormido, en pocos segundos el niño se encontraba plácidamente dormido en sus brazos. El hombre le contempló con cariño.
Quiso llevarlo a su cuarto pero se resistió al verlo tan cómodo en sus brazos. El calor que emanaba de su menudo cuerpo le trasmitía una familiaridad que le hizo alargar el sueño del pequeño en su regazo. Había aprendido a querer al niño como pocas veces quiso a nadie en su vida como humano y como vampiro.
Pasaron unos meses en una tranquilidad que el vampiro se había acostumbrado a degustar. Su vida tornó a una de risas y, aunque no le gustara aceptarlo, de deseada compañía. Alec se encontraba pelando unas verduras en la cocina para echarlas en la pequeña olla que empezaba a humear sobre el fuego. Antes no contaba con nada de menaje y ahora no le faltaba ni lo más mínimo. Incluso se habituó a salir a comprar en la hora de la siesta del pequeño. Extendió el mantel sobre la mesa y se asomó al salón donde Jacob estaba sentado en el suelo con un libro en las manos y un lápiz en la otra dejando garabatos en todas las páginas.
—Vamos, la comida está lista. —El niño elevó la cabeza, miró al vampiro un instante y la volvió a bajar como si nada pintando con más ímpetu—. Jacob a comer.
—No. —Negó varias veces con la cabeza al tiempo en que cerraba los ojos, enfadado.
Alec se arrodilló a su lado examinando los dibujos que hacia el pequeño con el lápiz aprisionado en su puño. El papel estaba casi rasgado por la fuerza empleada y le pareció extraño en un niño de apenas dos años.
—Podemos llevarnos el cuaderno a la mesa —dijo con voz conciliadora—. Mientras comes puedes seguir dibujando.
—No —repitió menos convencido, miró al vampiro con los labios fruncidos—. Pa come.
—Yo ya he comido.
Entonces los ojos de Jacob se posaron en los suyos y comprobó que el niño mantenía una expresión de cautela y casi temor. Con cuidado le quitó el cuaderno de las manos y vio que siempre dibujaba lo mismo, una larga línea vertical que marcaba tanto con la punta de grafito que la hoja yacía arrugada y a punto de romperse. Presintió que el pequeño estaba sufriendo algunas pesadillas. Se puso en pie al tiempo en que lo cogía en brazos, Jacob apoyó la cabeza en su hombro con gesto compungido.
—Mejor vamos a dejar los dibujos para más tarde. Vamos a comer y después salimos al jardín a tomar un poco el sol. —Le dio varios besos en el lateral del cuello haciendo reír al niño camino a la cocina.
Tras pasar un par de horas jugando al aire libre, lo bañó, le dio de cenar y lo llevó a su habitación, pero esta vez no salió de allí, sino que se sentó en un rincón del cuarto camuflado por las sombras vigilando el sueño de Jacob. Al principio todo estaba en orden, pero transcurridas unas horas, cerca de las cinco de la mañana, el niño empezó a gimotear. Se removía en la cama musitando palabras que Alec casi no podía descifrar, al final captó una que le dejó petrificado en el suelo. No sabía cómo o por qué le sucedía eso pero estaba claro que la mente de Jacob se había conectado al mundo de las sombras y esa conexión le llevaba a tener pesadillas con la mujer que le había traído a la casa del vampiro.
N/A: Iré haciendo actualizaciones lentas, pero al menos las habrás. Mientras publicaré el fanfic de Háblame en silencio que sí está acabado.
Por otra parte, estoy pensando darle una vuelta a esta historia para hacerla con personajes propios, darle más rollo de novela y tratar de publicarla más adelante, ¿qué pensáis?
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El Juego De Las Sombras Jacob Black x Alec
FanficAlgunos seres están destinados a vivir entre las sombras. Pero en ciertas ocasiones la suerte puede cambiar para aquel que se sentía el más desgraciado del mundo, o puede que solo sea un espejismo pasajero. Aviso: Jacob x Alec. Historia chicoxchic...