Quince

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—No lo entiendo —confesó dejándose caer al lado de Alec quien se mantenía arrodillado con una mano sobre el pecho.

—Tenía ciertas atracciones hacia ti. Si tu lobo estallaba por la ira provocada por mí mis estímulos terminarían de encenderse o apagarse por completo. —Sonrió con tristeza—. Se han activado.

  Jacob soltó una risa apagada, sabía que lo que vendría ahora no eran tan bueno.

—Han sido rechazos por una criatura más poderosa que yo. Me han anulado para ti. Lo siento.

—Sigo sin entenderlo.

—Está prohibida cualquier relación entre nosotros porque te han reclamado como pareja.

—Pues que le den.

—No, Jacob, es alguien poderoso.

—Y yo un alfa. Te reclamo como mío y me entrego como tuyo.

  Estuvo a punto de besar sus labios cuando escuchó una voz fría, cargada de poder.

—Queda totalmente anulado cualquier petición de reclamo por parte del alfa de los Black. —Jacob se puso en pie tan rápido que tardó en centrar la vista en aquella mujer.

—¿Quién eres?

—La mano derecha de la líder de las banshees. Ella conoció a tu madre. Puso en riesgo la seguridad de nuestra raza por tener una aventura con un metamorfo. Ahora la líder desea entablar una relación entre ambos clanes a través de un matrimonio. El tuyo y el de la princesa Úrsula.

—¿Está loca? No pienso casarme. Esa no es manera de pedir un acercamiento entre clanes.

  Alec giró la cabeza hacia ellos. La mujer era alta, con una larga melena naranja y un vestido de seda gris. Su rostro mostraba la frialdad y la crueldad de la que era capaz de convocar y tal vez no sólo con sus gritos. Echó un vistazo a Jacob comprobando lo tarde que había caído en lo que sentía por él. Ahora estaba prohibido y un solo acercamiento causaría su muerte y el dolor irrefrenable del chico. Trató de incorporarse, Jacob hizo el amago de extender la mano hacia él para ayudarlo a ponerse en pie. El cuerpo del vampiro se extiró en un espasmo de dolor al tiempo en que un alarido se escapaba de sus labios.

—No. —Jacob se volvió hacia ella comprendiendo que era cosa suya—. No puedes tocarle, eres el prometido de la princesa.

—¡Detente! Ya le hirieron una vez por mi culpa, no dejaré que vuelva a pasar.

—En tu mano está.

—Vuelve a la cabaña —pidió con la voz cargada de sufrimiento. Jacob le miró con culpabilidad—. O busca a los ancianos para encontrar una solución a esta locura.

—Silencio, vampiro. —Fue a acercarse a él pero Jacob se interpuso.

—Está bajo mi protección.

—No durará demasiado. La princesa Úrsula se deshará de las garrapatas que le chupan la sangre a su futuro príncipe.

—Deja de decir tonterías. —Se agachó junto a Alec para levantarlo. Por el rabillo del ojo la vio elevar la mano—. Atrévete a hacerlo y no respondo de mí —sentenció con el tono amenazador de un alfa.

—No lo hagas —suplicó Alec débilmente sintiéndose avergonzado por todo aquello. El chico negó pasándole un brazo por la espalda.

—Ven conmigo —murmuró pegándole a su costado.

—Lo siento. Si hubiera sucedido antes yo...

—Los amores sin obstáculos no son nada —bromeó abrazándolo aún más. Alec sonrió.

El Juego De Las Sombras Jacob Black x AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora