Los días pasaban con rapidez y la preocupación en el pecho de Jiang Cheng no se iba, es más, incrementaba.
¿Que diablos le sucedía a su hermano?
A veces estaba con él y era el mismo de siempre, reía y hacia bromas, se divertían, era el hermano revoltoso que él conocía sin embargo en otras ocasiones... Wei Wuxian se encerraba en si mismo y su mirada se perdía en algún punto de la habitación. Hasta dormir ya no era lo mismo, a veces se despertaba en la madrugada por las pesadillas de su hermano mayor que gritaba desesperado como si alguien lo estuviera atacando, que apenas lograba calmarlo dándole unas palmadas suaves en la espalda, ya que no sabía que hacer en esas ocasiones, no era su hermana mayor. Ella si sabía que hacer en esos momentos.
Pero volviendo a su hermano mayor, cuando le preguntaba que sucedía solamente le decía 》Nada, ChengCheng no es nada.《 y le daba esas sonrisas radiantes que... ya no eran las mismas.
Suspiró cansado.
Ajustó su cinta violeta en su peinado y miró de reojo a su hermano que también se estaba alistando, todavía sin poder creer el verlo despierto tan temprano aunque, tenía el presentimiento de que no estaba durmiendo en la noche ya que hasta a veces lo escuchaba susurrar, aunque no llegaba a comprender que palabras salían de sus labios era motivo suficiente para dejarlo despierto toda la noche.
—¿Estás listo?— le preguntó a Wei Wuxian con una mano en la puerta de su cuarto, teniendo la atención del mayor que lo miró.
Lo miró por bastante tiempo hasta hacerlo sentir incómodo pero no lo demostró y esperó a que hablara.
Debía hablar.
Necesitaba que hablara.
Odiaba verlo tan callado que estaba.
Y aunque parezca increíble... necesitaba verlo reír y escuchar cada estupidez que salía de sus labios, detestaba el silencio, como este caso, que daba el mayor.
Wei Wuxian parpadeó varias veces reaccionando al reconocer a su hermano menor, era el joven Jiang Cheng y no el del futuro al que había decepcionado, no era el que tenía una mirada de odio, ni de resentimiento, tampoco era ese Jiang Cheng que había reconstruido Lotus Pier desde las cenizas o el que había perdido a toda su familia, no era ese Shidi que lo miraba con desprecio y el que lo culpaba por el asedio a su hogar. No era él. A veces le costaba volver al presente o al ¿Pasado? No, ahora era éste su presente y no podía volver a cometer los mismos errores. Por eso, le sonrió de oreja a oreja como lo hacía antes y respondió.
—¡Sí, ChengCheng!
—¡Tú!— gritó Jiang Cheng y le dio la espalda, saliendo de la habitación escuchando la risa detrás de suyo.
Caminaron lado a lado hacia la dirección de la sala de enseñanza donde daba clases Lan Qiren. Jiang Cheng miraba de reojo a su hermano que notó una vez más estaba en sus pensamientos. ¿Cómo lo sabía? Porque sus ojos una vez más estaban perdidos y aunque caminaba junto a él y miraba hacia el frente podía notar que la mente de Wei Wuxian estaba trabajando más fuera de lo normal.
Aplanó los labios y volvió su atención hacia el frente decidido a sacarlo de sus pensamientos sea en lo que esté pensando y dijo.
—Hoy es tu último día de castigo.
Wei Wuxian parpadeó varias veces, volviendo una vez más en si y miró a su hermano procesando las palabras en su cabeza y reaccionó soltando una risita de sus labios y llevando sus brazos detrás de la cabeza, dijo.
—Ah si.— suspiró y sonrió ladinamente.— copiar tres veces las reglas es demasiado aburrido.
》¡Y Lan Zhan es igual!《
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TWO SOULS {Mo Dao Zu Shi}
FanfictionWei Wuxian estaba seguro que había muerto. Estaba muy seguro. Entonces... ¿Por qué estaba de vuelta en los Recesos de la Nube? ¿Por qué estaba sentado escuchando la clase del viejo Lan Quiren? ¿Por qué volvía a tener quince años? ¿Cómo había vue...