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El día estaba pasando y QingHen-Jun soltó un suspiro cansado. Cansado de los papeleos, cansado de los cuchicheos de los discípulos que estaba prohibido, cansado de las quejas de los ancianos sobre su salida de reclusión, cansado de los pocos diálogos con su hermano y cansado y dolido por los lejanos y cortantes que eran sus hijos con él.
Sabía.
Sabía que iba a ser difícil y sabia que Xichen le sonreía solamente por cortesía, lo sabia tan claramente porque esa sonrisa lo sacó claramente de él. Tambien entendía, entendía que estuviera enojado, dolido con el y que obviamente no lo recibiría con los brazos abiertos como si todos esos años que los abandonó no fuese nada.
Porque lo es.
Los dejó solos.
Los dejó con su querido hermano pequeño, y también le dejó a éste, el peso de tener que cuidar la secta hasta que tuviera Xichen la edad adulta para manejarla.
Dejó también a su hermano con un gran peso.
Y ahora, se daba cuenta tarde, que fue egoísta.
Muy egoísta.
Se encerró en si mismo en reclusión al perder a su esposa, culpándose por haber decidido ese camino tan precipitado, privandola de su felicidad y su libertad, dejándola que cayera en un pozo depresivo al también haberle quitado, o mejor dicho los ancianos, el deber de cuidar a sus hijos.
¿Cómo pudieron hacerlo?
¿Cómo él, líder de la Secta, no luchó más por dejar que su esposa criara a sus bebés?
¿Cómo dejó que sus hijos solamente pudieran visitar a su madre una vez al mes?
¿Cómo pudo ser tan ciego?
¿Cómo pudo encerrarse tanto en su dolor y no pensar en los demás?
Ahora, Xichen, apenas le habla sino fuera por temas de la secta y con la presencia de Lan Qiren. Y su pequeño Jade, Wanji, solamente le miraba y asentía con la cabeza o negaba ante alguna pregunta que él le hacia.
Siempre supo que su pequeño tenía problemas en relacionarse, en comunicarse y aún así no hizo nada por ayudarlo, siempre está allí su hijo mayor para ayudarlo.
Xichen tomó su lugar en cuidarlo.
Y él debía, quería tener ese lugar que sabia que no sería fácil.
Hasta por ahí... nunca le darían ese espacio.
—Veo una gran nube sobre su cabeza, Líder de Secta.
QingHen-Jun se sobresaltó, sorprendido, al oír aquella voz femenina. Levantó su mirada de los papeleos encontrándose en la puerta a la cultivadora errante, vestida, con túnicas verdes claros y oscuros, con su característico cinturón y sus pies descalzos. Que todavía no entendía porqué caminaba descalza o porque no usaba zapatos pero no quiso preguntar al pensar que sería grosero hacerlo.
—Maestra Chen.— saludó con un asentimiento de cabeza.— Pase, por favor.
—Que conste que toqué.— se defendió, sentándose en frente del hombre, que se encontraba rodeados de papeles.— Ya veo porque no me respondió a mi llamado... si esta muy ocupado puedo dejarlo en paz.
—No, por favor.— interrumpió con una sonrisa suave en sus labios, levantándose de su lugar para preparar el té.— Necesito un tiempo para despejarme. Realmente no recordaba que era muy estresante el papeleo sobre el manejo de la secta.
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TWO SOULS {Mo Dao Zu Shi}
FanfictionWei Wuxian estaba seguro que había muerto. Estaba muy seguro. Entonces... ¿Por qué estaba de vuelta en los Recesos de la Nube? ¿Por qué estaba sentado escuchando la clase del viejo Lan Quiren? ¿Por qué volvía a tener quince años? ¿Cómo había vue...