Ángel [Jaward AU]

Fantasías

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Lean bajo su responsabilidad, disfruten del capitulo ;)

Hacía casi 6 años habían comenzado a salir, tuvieron sus altos y bajos, como toda pareja, sin embargo, su amor era más grande que unas simples peleas o absurdas diferencias.

Tony había crecido y se había convertido en un hermoso muchacho, inteligente, capaz y altanero, un Stark, en otras palabras. El heredero de la fortuna Stark a su temprana edad de 14 años había ingresado a la mejor universidad de tecnología en el país, el MTI, en la cual llevaba estudiando cerca de 2 años.

Y bueno, como aquella afamada universidad quedaba en Massachusetts, era la razón por la que el castaño pasaba muy poco en la mansión.

Dejando a Edwin y Howard...

—¡Ah! Mierda 

Totalmente solos.

El azabache se encontraba contra la mesa de metal de su taller, mientras recibía unas fuertes embestidas por parte de su amante.

El choque de sus pieles resonaba en el lugar, sus manos se intentaban aferrar a la mesa, pero se le era casi imposible considerando la fuerza que el mayor aplicaba sobre él.

—Creí haberte dicho Howard —gruño el ojiverde. —Que mientras yo no estaba debías mantener tus hábitos saludables —dijo a la par que le daba una sonora nalgada al ojioscuro. —¿Hace cuanto que no duermes?

—No necesito ¡Ah!, dormir —logro articular. —Debía terminar mi nuevo ¡Nhg!, proyecto —sintió como el peliclaro le agarraba del cabello y lo tiraba hacia atrás. —Los ¡Mnhg! Genios como yo ¡Ah! No necesitamos ¡Nhg!, dormir.

Edwin llevo su mano a la boca del azabache, ahora los gemidos se ahogaban y sentía que le faltaba el aire.

Agarro las muñecas del más bajo y las llevo a su espalda, apresándolas con su mano libre.

Howard se sentía desfallecer en cualquier segundo, las embestidas que le daba el peliclaro iban cada vez con más fuerza y con más rapidez, llegando cada vez más profundo, maltratando su pobre próstata sin compasión alguna.

La presión en su vientre bajo se hizo presente y el dolor en su entrepierna se hizo notable.

—¡Mnhg! —gimió ahogado el pelioscuro.

—No, claro que no —dijo el ojiverde. —Esta vez no te permitiré tocarte, te vendrás únicamente con mi pene. —le susurro de manera ronca al oído mientras mordía su lóbulo.

El azabache lloriqueo frustrado, ese hombre era un desalmado, parecía un ángel, pero realmente era uno caído que lo hacía delirar y pedir siempre por más.

Al cabo de unos minutos, por fin pudo correrse, gracias a las insistentes estocadas que iban directo a su próstata, provocando que su entrada apresara al miembro de Edwin, sintiendo cómo este lo llenaba y lo dejaba rellenito como pavo en navidad.

El peliclaro quito su mano de la boca contraria, permitiéndole respirar correctamente.

Edwin le regalo beso en la mejilla mientras bajaba por su hombro y le daba una mordida, la cual estaba seguro de que dejaría marca, de manera lenta dejo caer el cuerpo del pelinegro sobre la mesa una vez más, contemplando el desastre que había provocado, sin pudor algo, abrió una de las nalgas del azabache deleitándose por ver su semen chorreando de la entrada del magnate.

—¿Qué te parece si esta noche duermes y mañana terminas tu proyecto? —pregunto el peliclaro, tomo a Howard en brazos al estilo princesa y lo subió a su habitación.