Las semanas habían transcurrido con normalidad, claro, ahora con un empleo y bastante bueno a decir verdad.
Había aceptado ser el niñero del hijo del magnate y no le iba mal, el pequeño era una dulzura aunque muy travieso y despierto.
Era la mejor oportunidad, el magnate también estaba feliz con él, le pagaba un jugoso salario y hasta le había ofrecido un departamento en el centro de New York, pero lo rechazo, solo necesitaba el dinero.
Su trabajo no era complicado, lo disfrutaba de hecho, debía llevar al joven Anthony a la escuela, después ir a buscarlo, ayudarlo con sus tareas, cuidarlo y listo.
Como Howard era un hombre ocupado, en la escuela de Tony él tuvo que quedar como representante, la verdad le sorprendía el castaño, era un chico muy inteligente y muy altanero a decir verdad, cuando lo llamaban de la escuela era por dos razones; Porque deslumbro a sus maestros por sus conocimientos o el pequeño había hecho una travesura de gran tamaño.
Ahora llevaba de la mano al pequeño torbellino a la mansión, la directora lo había llamado por un incidente que el castaño había causado... otra vez.
—Perdón Jarvis, no quería que eso pasara —dijo desanimado el pequeño.
Edwin paró en seco y se agachó para quedar a la altura del pequeño.
—Tones, está bien al menos no te lastimaste, eso es lo único que importa —limpio un poco la ropa del castaño estaba llena esa nieve que los extintores tenían.— solo evita hacer eso otra vez.
El ojicafé asintió, sonrió, Jarvis era un hombre paciente, a diferencia de Howard, él estaría ahora mismo gritándole o castigándolo.
—Sabe que debo decirle a su padre —se levantó y tomo la mano del castaño.
El pequeño lo miro y asintió desanimado, él quería mucho a su papá, pero sentía que no era mutuo, su papá siempre estaba ocupado, por esa razón casi siempre se la pasa en la casa de su tía Sarah, pero ahora ella tenía que trabajar por lo que ya no podría cuidar de él.
El inglés noto la expresión del castaño, sabía que Howard no era muy buen padre, hacia lo que podía de igual manera no lo culpaba, tenía apenas 26 años, ser padre de por sí es complicado y más cuando lo había sido a los 20 años.
—Un último helado —dijo el peliclaro, haciendo que el pequeño lo mirara— Lo invito a un último helado, si su padre lo castiga al menos habrá comido helado una última vez —vio como el castaño se le iluminaban los ojitos y sonreía contento.
—¿De qué lo va a querer?
—¡Café! —respondió sin pensar el infante.
El británico negó repetidas veces y rio, si le daba café, sabe dios cuando se le acabaría la pila.
Una vez listo decidieron entrar, Tony fue corriendo a su habitación para dejar su mochila y cambiarse ropa, Jarvis se dirigió a la cocina, quiera preparar algo de té para quitarse el gusto a dulce de la boca.
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Ángel [Jaward AU]
FanfictionEs la maravillosa década de los 60; Edwin, un simpático inglés viaja al país de los hippies y de las drogas en busca de un nuevo comienzo, tratando de encontrar un empleo normal y llevar una vida al estilo norteamericano. Sin embargo, un día en Cent...