Pasaron casi 6 meses desde que había empezado a trabajar en la mansión Stark, tanto Howard como Tony estaban muy felices con él, pero últimamente veía al pequeño decaído, por lo que había decidido hacer la comida favorita del niño, hamburguesas.
Fue a buscar al castaño a la escuela, el pequeño estuvo callado todo el camino, si sin duda algo ocurría.
Una vez en la casa, preparo todo para el almuerzo del menor, lo llamo a sentarse y este obedeció de inmediato, en absoluto silencio.
Le sirvió la hamburguesa, pero el castaño apenas la miro, era definitivo, algo le pasaba al niño y debía averiguarlo, no soportaba ver a ese pequeño decaído y triste.
—Tones... ¿Qué pasa? —pregunto mientras se sentaba al lado del menor —No has tocado tu hamburguesa, cariño debes comer algo.
El ojicafé luchaba porque sus lágrimas no se resbalaran por sus mejillas, sin embargo no lo logro.
Con sus pequeñas manos trataba de limpiar su rostro, Edwin se sentó más cerca de él. El más alto espero a que el castaño se calmara para que pudiera contarle que era eso que lo atormentaba.
Una vez más tranquilo, hablo.
—En clase de artes nos dijeron que debíamos dibujar a mamá y a papá —dijo con los ojos llorosos —p-pero yo no recuerdo como se ve mi mamá, t-todos los niños tienen mamá menos yo —su voz escuchaba entrecortada —Un niño me dijo que sin una mamá una familia no está completa.
Jarvis sintió como su corazón se rompía, le lastimaba tanto ver a un niño tan pequeño sufrir de esa manera.
Agarro el pañuelo que siempre llevaba en su saco y limpios las desbordantes lagunas de pena del más bajo.
—Escucha esto Tones y quiero que me presentes mucha atención —el castaño al instante lo miro
El mayor suspiro.
—Tal vez no tengas mamá, yo tampoco la tuve —dijo sincero. —pero eso no significa que no tengas familia, tienes una familia, tienes a tu papá, a Peggy, a Sarah, a James, a Steve y a Sharon.
—No, Sharon no—dijo en con el ceño fruncido, el mayor solo soltó una risita provocando que el castaño se relajara.
—Ese es mi punto, Tony, tu familia no siempre es la que compartes por la sangre, es la que esta para ti en cada momento y te aman con toda su alma.
Pudo apreciar como en sus ojos se veía una luz de esperanza.
—¿De verdad se puede? —pregunto con duda —¿Podrías ser tu también parte de mi familia?
—Por supuesto que si, los hermanos que tuve fueron niños en mi misma situación, niños que estaban solos, pero yo los ame y los cuide como si fueran mis propios hermanos, había una señora en mi pueblo natal que vendía diarios, ella me regalaba los que le sobraban, ella la considere una madre — dijo sincero, esperaba que el castaño comprendiera. —Yo feliz soy parte de tu familia.
El castaño sonrió, totalmente feliz alzo sus manos en dirección hacia el británico y este lo acuno en sus brazos, era un avance, el pequeño había dejado de llorar y de estar triste.
—Ahora, termine su hamburguesa, debe comer algo — menciono el mayor acercándole el plato, el pequeño al instante comenzó a comer con una sonrisa en su boca.
Después de almorzar en pequeño Anthony se dispuso a ser tareas escolares, Jarvis lo acompañaba, sabía que el pequeño no necesitaba su ayuda, por lo que encendió la radio y se dispuso a leer un rato y tomar té, cada tanto miraba al castaño este parecía entretenido dibujando.
Se detuvo un momento al escuchar lo que la radio comunicaba.
—¿Qué es Vietnam Jarvis? —pregunto curioso el pequeño.
—Es un país que está en el sur de Asia —respondió el mayor.
—En mi escuela nos dijeron que estábamos en guerra y que vamos ganando.
—En una guerra ningún bando gana cariño, la guerra solo trae dolor y sufrimiento.
El pequeño comprendió a la perfección la lógica del ojiverde, no obstante estaba más entusiasmado en lo que estaba haciendo anteriormente.
El reloj sonó a las 6 de las tarde y la puerta se abrió.
—Ya llegué —anuncio el magnate mientras entraba a la mansión dejando su chaqueta en el ropero de la entrada.
El pequeño de inmediato miro hacia la puerta y se emocionó, tomo la hoja que tenía en sus manitas y corrió a su progenitor.
—¡Papá! —grito el castaño mientras pegaba un salto y era atrapado en el aire por el pelinegro
El millonario beso las mejillas de su hijo y lo abrazo con cariño.
—Hola Tony —dijo el magnate.
—Papá mira, hoy en la escuela me pidieron dibujar a mi familia — el ojicafé sacudió la hoja que traía en sus manos.
El inglés sonrió al ver tal tierna escena, le fascinaba ver al pequeño animado como siempre.
—Al principio estaba triste porque no podía dibujar a mi mamá —confeso sincero —pero gracias a Jarvis me di cuenta de que no necesito una mamá, porque tengo dos papas.
El ojiverde quien estaba tomando a gusto su te esculpió todo su contenido ante la declaración del infante.
Howard en su lugar se sonrojó furiosamente, algo que no paso desapercibido para el peliclaro, de nuevo su cabeza escucho esa voz diciéndole "lindo, demasiado lindo"
—¿Dos papás? —pregunto el pelinegro
—Sip, tú y Jarvis son mis papás ya lo decidí —dijo con la característica seguridad de un Stark.
Miro una vez más el dibujo del pequeño, en efecto, ahí aparecía Howard a la izquierda, Tony estaba en el medio y Jarvis a la derecha, aparecían en el dibujo también James y Steve, junto con Sarah.
—Joven Anthony, y-yo verá —tartamudeo el más alto, parándose de su lugar yendo en dirección de ambos hombres — Señor S-Stark mi intención nunca fue...
Solo escucho como el magnate soltaba una carcajada.
—No te preocupes Jar —acomodando mejor al pequeño en sus brazos. —Está bien, puedes ser el segundo papá de Tony. —dijo entre pequeñas risas.
—No, Jarvis es mi primer papá tú eres el segundo —dijo el castaño corrigiendo a su progenitor.
—Cría cuervos y te sacarán los ojos —dijo con una falsa indignación el pelinegro. —¿Por qué no te quedas a cenar?
Al ojiverde se le hizo un nudo en la lengua y un huracán en el estómago, pero aceptó, la verdad era que se sentía muy a gusto al lado de su jefe y su pequeño hijo, tanto que le empezaba a preocupar.
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Ángel [Jaward AU]
FanfictionEs la maravillosa década de los 60; Edwin, un simpático inglés viaja al país de los hippies y de las drogas en busca de un nuevo comienzo, tratando de encontrar un empleo normal y llevar una vida al estilo norteamericano. Sin embargo, un día en Cent...