FIN

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- No WheeIn, no pienso hacer que te vayas a dormir ahora. - se pone encima mío y no sé dónde esconderme.

No pesa nada de nada, enserio es liviana como una pluma o un pequeño granito de arena, no pesa nada ¿Es que acaso no come?

- ¿Señorita Ahn?
- ¿Qué mierda hacías jugando a cazar mujeres eh? ¿Acaso no sabes a quien le perteneces? - me preguntaba molesta.
- No entiendo lo que trata de decir...yo... yo no he hecho nada...
- Eres mía WheeIn! Mía!

Escuchar aquello me dejó en shock y más cuando me tumbó nuevamente en mi cama y comenzó a besarme ¡Estaba besándome!

Yo no tenía idea de cómo seguirle el beso, estaba algo nerviosa así que casualmente terminé mordiendo su labio inferior, lo cual hizo que se alejara un poco y no pude sostenerle la mirada.

- Nada mal para ser tu primera vez besando a alguien ¿No?

No respondo nada, me muero de nervios y sigo más que caliente por lo que acaba de pasar.

- Mírame WheeIn... Es una orden. - me susurra al oído.

La miro y sonríe, al parecer esto es algo que se me va a complicar...

- Ya eres una adulta WheeIn, ya no hay necesidad de huir del pecado ¿No?
- Yo... - me silencia con un beso.
- Escucha cachorrita hermosa. Soy una mujer muy celosa así que no me gusta que andes por todos lados buscando mujeres para complacerte cuando la que puede hacer ese trabajo soy yo.
- ¿Usted sabe...? - pregunto nerviosa.
- Eres demasiado obvia pequeña. Desde pequeña no has dejado de ver cosas que no deberías de ver.
- Lo siento... - me avergüenzo por ello, realmente he sido indiscreta con ella.
- No lo sientas. Sabía lo loca que te traía y seguía el juego porque me volvías loca de igual manera.
- Soy menor que usted.
- ¿Cuál es el problema ahí?
- ¿Que mis padres pueden matarla?
- Puedo salvarme de eso sin problemas cariño. Tan solo te necesito a ti de todas maneras. - me vuelve a dar un beso, el cual correspondí.

Al separarnos sonríe de una manera más tierna y no puedo evitar sonreír de igual manera.

- Me gusta mucho señorita Ahn.
- Ni se te ocurra seguir llamándome así cachorrita...
- ¿Entonces como te digo?
- Frente a los demás como desees... Pero cuando estemos las dos a solas Mommy. - muerde mi labio pícaramente.
- Mommy~
- Perfecto.

Y así fue que comenzó nuestra aventura, nuestro reencuentro y nuestra relación.

A veces los reencuentros son los mejores y más con personas que causaron un gran impacto en nuestra vida y que son la razón de nuestra alegría y perdición, perdición de las buenas. De todas maneras Mommy... Mommy ha sido y será siempre mi dulce pecado y perdición.

Fin.

I WANNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora