Ok, este es mi último deporte, es el que más me gusta así que aquí me quedaré al menos a practicar si no aparece nadie.
He jugado básquet desde que era un pequeño feto en el vientre de mi madre. Siempre me ha gustado jugar con pelotas y entonces siempre practicaba básquet gracias a que papá instaló uno pequeño de acuerdo a mi tallarín y después el patio fue creciendo para mí.
He querido ser deportista de manera profesional, pero mi vocación es el arte, el deporte terminó siendo mi hobby simplemente.
- No eres mala jugando.
- Lo sé. - respondo sin ganas.
- ¿Quieres jugar con nosotros nena? - toma mi barbilla para mirarlo.
- ¿Quieres que les rompa la cara a golpes? - quito su mano y lo miro mal.
- ¿Por qué tan agresiva? - sonríe.
- No te metas conmigo simplemente idiota. No estoy de humor.
- Te pondremos de buen humor, no te preocupes por ello. Vamos. - toma mi mano e intenta jalarme.
Lo que no sabe este bastardo es que sé defensa personal así que doy un giro con su brazo y de un solo movimiento con algo de fuerza lo lanzo al suelo haciendo que se queje de dolor.
- Te dije que no me jodas ¿No?
- Maldita perra...
- Con mucho orgullo. - sonrío y continúo jugando básquet a pesar de que sigue ahí tirado.
Con el paso de los minutos se va y me alegra aquello porque no quiero verle la cara más, me puso de peor humor ¿Es que a ninguna mujer sexi le gusta el básquet?
- Ahhh! - grito frustrada y lanzo el balón lejos.
Me tumbo en el suelo sin nada que hacer y luego el balón llega a mi rodando con una nota.
"Que buenas habilidades tienes pequeña"
Miro alrededor y no veo a nadie, realmente no hay nadie ¿Será la misma persona que aquel día me mandó la bebida? Si eso fuera así... ¿Por qué mierda no me quitó al idiota más rápido? Ese hijo de p*rr* me estaba hartando demasiado.
En fin, me largo de este maldito lugar. No vuelvo a ir a un club deportivo sin amigos ni familia, sola no vengo jamás.
