La vida de Zenitsu era realmente monótona, su hermano mayor Kaigaku se había ido a la capital a estudiar la universidad, dejándole solo en su pequeña casa. No pasó mucho tiempo cuando una oferta universitaria de intercambio le llegó.
La simple idea...
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Tomioka miró a Uzui.
Uzui miró a Tomioka.
Bastaron unos segundos para distraerse en la mirada fría del azabache, parecía que no tenía alma. El albino no previó que su amigo le diera una cachetada, solo sintió el ardor de la piel.
— Que anormal eres — comentó Tomioka entre dientes —, haciéndome pasar pena ajena por tus ridiculeces, el pelirrojo era lindo y tú me cagas la imagen.
— Yo no cago tu imagen, tu la cagas solito, aunque, bueno, puede que si la haya cagado...
— Fuera de mi carro — el rostro de Tengen parecía una obra de arte de lo ofendido que estaba, Tomioka quitó el seguro del carro —, bájate, por eso estoy soltero, es por culpa de ustedes que me hacen pasar vergüenza en la calle.
Tomioka no encontraba en el carro algo para pegarle a Uzui en estos momentos, el chico que le abrió la puerta era atractivo, y ahora, jamás podría tener un chance de hablar con él sin que le pusieran una orden de alejamiento por culpa del baboso de Tengen.
Entre reproches, Tengen accedió a bajarse del carro, estaban todos mojados por culpa de Nezuko.
El frío le entró casi que en los huesos por el viento helado.
— Que me parta un rayo...
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Estos pocos días en Amsterdam habían sido una completa locura, desde un tipo obsesionado hasta unas locas que lo perseguían.
Zenitsu finalmente pudo salir a dar un pequeño recorrido por la ciudad, él solito, en paz, sin gritos, sin dárselas de corredores de maratón.
O bueno, todo parecía así hasta que quedó frente a frente con una de las mujeres de su acosador.
Era una mujer muy bonita, debía admitirlo, sus cabellos negros y ojos azules de cierta forma le recordaban a Kaigaku.
— Oh, eres el chico del distrito — comentó la joven.
Estaba...diferente.
Su rostro parecía calmado, no estaba molesta, a primera vista. Zenitsu asintió lentamente, le incomodaba ese asunto en particular.
