La vida de Zenitsu era realmente monótona, su hermano mayor Kaigaku se había ido a la capital a estudiar la universidad, dejándole solo en su pequeña casa. No pasó mucho tiempo cuando una oferta universitaria de intercambio le llegó.
La simple idea...
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Zenitsu no podía dormir, solo habían pasado unas tres horas desde que habló con Tengen sobre ser su sugar baby y se sentía como la mayor porquería del mundo.
— No debí haber hecho eso... — susurró mirando al techo, tapándose casi al completo con la sábana.
Ahora debía seguir el juego, si quería salvar a su hermano, tenía que seguir con este teatro, de una forma o de otra, era mejor esto que robar un banco.
Su hermano estaba en peligro, no soltaría la oportunidad de salvarlo jamás.
El día siguiente llegó, Suma y él estaban sentados en la mesa de la cafetería, la azabache ladeó la cabeza mirándole curiosa.
— Pareces muerto — comentó, Zenitsu negó, puso ambas manos en su cabeza, ella apoyó sus codos sobre la mesa y recostó su rostro sobre sus manos.
— Acepté ser un sugar baby — apenas comentó eso, Suma abrió los ojos con notoria sorpresa.
— Woa, ¿quién es tu sugar?
— Tengen...es Tengen Uzui, lo conoces bastante bien...para ser honestos.
Suma se quedó helada, sin embargo, luego hizo una expresión alegre.
— ¡Que genial!, vamos a convivir mucho, claro, si quieres unirte a nuestras fiestas — comentó alegre, sus ojos azules profundos mostraban bastante felicidad de ser más cercanos ahora.
— ¿No te molesta que me vaya a acostar con tu hombre?
— Corrección, nuestro hombre — Suma dijo aquello con bastante satisfacción, eso le dió cierta curiosidad a Zenitsu.
— Eh, si, nuestro, eso creo — bebió un poco de café, mirando por la ventana del local, soltó un suspiro —, de verdad necesito el dinero, haré lo que sea para conseguirlo.
— Eso lo sé, y tienes que dar una buena pelea con Daki, me voy a reír bastante — tomó las manos del chico, apretandolas con suavidad —, suma está de tu lado.
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Tengen puso los papeles sobre la mesa, le pasó el grupo de hojas a Zenitsu, se relamió los labios mientras lo miraba.
— Allí está todo lo que necesitas saber, horarios, métodos de pago, condiciones, etcétera, léelo bien, incluyendo las letras pequeñas por el amor de dios, lee las letras pequeñas.
