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Intentó abrir los ojos.

Una luz enceguecedora obligaba a sus parpados a no moverse con brusquedad.

Conocía la sensación, era amigo del pasto bajo su cuerpo y del aire a su alrededor.

Con emoción logró abrir por completo sus ojos y se sentó rápidamente, ilusionado.

Veía en todas direcciones y ahí estaba. Sentado en el césped del parque donde se encontraba con el dueño de sus noches.

Se puso de pie rápidamente y comenzó a buscarlo con la mirada; el corazón intentando constantemente salir de su pecho, respiración agitada.

De repente lo vio, en el banco de siempre; sin percatarse de su presencia, esperándolo.

Harry corrió en su dirección; a mitad del camino el ojiazul sintió la aproximación y volteó, dándole la sonrisa más brillante del planeta, se puso de pie.

Cuando el rizado llego a él, se paró justo en frente, con el latido fuerte y acompasado de su corazón.

—¡Hazz! Hola. —dijo Louis sin botar la sonrisa.

Cuando lo escuchó no dudo ni un segundo en intentar abrazarlo, jamás lo había tocado antes; al menos no a esta versión de él.

Pero se quedó en el intento. Algo pasaba que cuando se sentía por tocarlo, simplemente no sucedía; se sentía como nadando contra corriente, estaba poniendo toda su intención en abrazarlo, pero no lo podía sentir, al menos la sensación nunca llegaba.

Se cansó de intentarlo y cuando paró volteó a verse y luego al castaño. Él seguía ahí, de pie, sin inmutarse.

—Anoche supe que eres real. —fue lo primero que dijo.

—¿Antes de anoche no lo era? —replicó con una cara entre confundida y divertida.

Harry no supo que responder, se quedó pasmado y tuvo la extraña sensación de haberlo ofendido.

—N-no, digo... para mi l-lo eras ¿eres?...

Louis soltó una pequeña risa. —Estoy jugando, te entendí no te preocupes.

—¿Sabes que eres un sueño? —Harry estaba muy confundido.

—Claro que soy un sueño ¿no me has visto? —dijo con obviedad mientras se señalaba a sí mismo con ambas manos.

Después de soltar pequeñas risas, el ojiazul se sentó y le indicó que lo acompañara. El rizado se sentó igualmente y no despegó su vista del muchacho.

—Así que ¿me encontraste?, ¿cómo? —dijo Louis con una sonrisa y el ceño fruncido levemente.

—¿Encontrarte? —ahora estaba el triple de confundido.

—Si, yo te encontré a ti, solo hacía falta que tú me encontraras a mí. ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo me conociste?

—E-emm pues t-te vi recoger a Liam de una fiesta y luego fui a otra para encontrarte o algo así... —no tenía mucho sentido hacer preguntas que su cerebro no iba a procesar en esos momentos, le preguntaría luego, se enfocó en la que invadía su pensamiento. Se aclaró la garganta. —¿y t-tú cómo me encontraste?

—¿Quieres la historia larga o la corta?

—¿La larga?

—Te daré la corta, tú me diste un obvio resumen yo te daré un resumen también. Ojo por ojo dirían en mi pueblo.

Conocidos ⟪l.s.⟫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora