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Recibió el mensaje de Bárb y jamás había querido mandarla a la mierda, hasta ese momento.

Era hora de regresar.

No podía llegar tarde a casa; de todos modos, tenía que llevar a cenar a Bárbara, así que no se preocupaba demasiado.

—Oigan. —llamó la atención de los chicos. —Ya me tengo que ir, tengo que llevar a Bárb a casa.

—Ok. Te acompañamos no te preocupes. —dijo Liam. —denme sus zapatos para regresarlos.

En verdad se la había pasado muy bien.

Después de la situación con el chico de la barra, Louis se había mostrado más receptivo a convivir con él; siempre se mantenía cerca de él y aunque no hablaran mucho, lo sentía cercano.

Cuando el chico se acercó a ellos para dejar las papas, ni siquiera pudo notar la sonrisa coqueta que este le regaló, ni el intercambio de miradas de los chicos, ni la sorpresa e incomodidad en las expresiones de Liam.

Si comparaba a la persona de sus sueños con la que ahora mismo tenía posada su mano en su espada baja, dirigiéndole a la salida, podría confirmar que no eran la misma persona.

Era raro; Harry podía percibir su energía, su esencia, se sentía cómodo a su alrededor como si ambos hubieran compartido demasiado tiempo juntos; y lo habían hecho, noches que solo el rizado tenía aprendidas de memoria, sin embargo, ambos las resentían.

No obstante, no actuaban como la misma persona.

Todos ya estaban fuera del establecimiento, esperando por Lauren y Bárbara.

—Oigan, se me olvidó mi celular adentro, vuelvo en un segundo. —dijo Louis ya con medio paso en dirección a la entrada del boliche.

—Vuela antes de que te lo roben. ¡Corre! —replicó Niall.

Con paso apresurado el castaño entró de nuevo al lugar y se dirigió directamente a la barra. Cuando llegó se topó de frente con Zayn.

—¿Algo en lo que te pueda ayudar amigo? —preguntó el morocho con inocencia.

—¿Qué mierda haces aquí? —replicó intentando mantener la calma.

—Trabajando; siempre supe que necesitabas lentes. Conozco un buen oftalmólogo ¿quieres su número? —tomó un trapo y comenzó a limpiar el mostrador. Tranquilo.

—No estoy de humor para tus pendejadas Zayn. ¿Por qué estás aquí? —dijo más tranquilo, confundido y esperando una respuesta.

—Lo mismo que tu cariño. —dedicándole una sonrisa cansada de labios apretados. —Creo que después de todo mis padres no pensaron tan diferente a los tuyos.

Louis hizo una mueca de cansancio. —Bien. Me alegra que estés bien, pero no te quiero cerca de mí ni de mis amigos. No quiere ser grosero, solo... espero que sea lo última vez que te vea.

—No eres el centro del universo amor. Y la verdad no te prometo nada, el rizado es demasiado guapo como para no intentarlo.

El castaño acercó bruscamente al morocho agarrándolo del uniforme. —No quiero que te acerques a él. Te juro que te rompo la cara si intentas una de tus mierdas con él. —susurró aterradoramente tranquilo.

Con calma y sorna Zayn se separó de su agarre. —Si tanto dices que no me quieres volver a ver, te estás tardado mucho en irte. ¿No crees?

—Vete a la mierda. —rodó los ojos y empezó a caminar a la salida.

—¡Oh! Salúdame a Li —dijo lo suficientemente fuerte.

Louis volteó y con completa seriedad mostró el dedo corazón hacia Zayn.

Conocidos ⟪l.s.⟫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora