No le tomó más de 3 minutos retomar la compostura, 6 minutos más y ya se encontraba en las puertas de su escuela y 9 más y ya se hallaba listo y a unos pasos de llegar a su clase de literatura.
Entró al aula y se sentó junto Lauren, ambos se conocían bien, tenían una relación cordial más que nada, se sabían parte de la misma vida, podrían llegar a considerarse amigos, se pasaban los apuntes, siempre juntos en las clases que compartían, sonrisas cordiales y ojos cómplices.
Se sonrieron y compartieron un corto abrazo.
—Harry. —asintiendo con la cabeza.
—Lauren. —regresando el gesto.
—¿Del 1 al 10? —dijo la castaña inspeccionándolo con la mirada.
El rizado suspiro. —Bueno, 4 probablemente —señaló la cortada en su labio. —no logre esconder esto, pero es justificable. ¿Tú?
—2, la mayoría fue en lugares donde la ropa puede cubrir. Esperemos que Bárbara esté más tranquila. —dijo mientras se encogía de hombros.
Ambos se sonrieron de manera compasiva, Harry rodeo los hombros de Lauren con un brazo, beso su coronilla; ella se acurrucó en el hombro del rizado y tomó la mano que colgaba del propio.
En verdad se sabían parte de la misma vida, compartían un dolor y se tenían empatía mutua. Por lo mismo sabían enfrentar y ocultar las consecuencias de sus actos. Un ranking de la cantidad de maquillaje que utilizaban se convirtió en un chiste local.
La profesora Lizz entró unos minutos después, se separaron y se prepararon para la clase.
Todo transcurrió normal la siguiente hora y media. Harry reconocía que Lizz era una excelente maestra, amigable, recién salida de la Universidad, por lo tanto, entusiasta en su trabajo. Su único problema con ella era que no se callaba ni aunque le cortaran la lengua.
No que fuera malo, solo que seguramente ellos no necesitaban saber que la tumba de Shakespeare está maldita.
O que su esposo le pidió matrimonio con un poema de este señor muerto.
Amiga no sé cómo declarar impuestos, pero sí que William reencarno siglos después para casarse con Anne Hathaway, definitivamente útil. Pensó.
Cuando acabó la clase miradas indiscretas a su labio no pasaron desapercibidas. Camino a la salida Lizz lo detuvo y preguntó por su herida. Harry explicó que anoche al intentar correr fuera de casa para comprar un encargo que su mamá le había hecho, tropezó con el escalón de la entrada y no pensó en meter las manos. Una mentira sólida, suficiente información, pero no demasiada; misma maestría que el arte del maquillaje.
Lizz río ligeramente y convencida le deseo suerte y salió del aula.
Harry suspiró y despidiéndose de Lauren se dirigió a su siguiente clase.
Las siguientes horas transcurrieron normal, preguntaron por su labio una cantidad moderada de veces y siempre contestó la misma mentira. No le gustaba mucho convivir con gente, pero cuando tenía que hacerlo era bastante amigable y muchas personas lo encontraban como un potencial amigo, así que no le fue difícil desviarse del tema en conversaciones e incluso olvidarlo.
Era jueves y no compartía muchas clases con Niall así que lo vio hasta la hora del almuerzo.
El rubio tan pronto lo vio corrió a él y lo estrecho en un fuerte brazo, inmediatamente con el ceño fruncido comenzó a inspeccionarlo de pies a cabeza, dando una mueca de desagrado al ver su labio.
—¿Cómo estás?
—Bien Niall, dejen de preguntar como si no supieran lo normal que es esto.
—No puedo evitar preocuparme Harry, si te pasa algo ¿Quién me va a mantener en mi vejez?
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Conocidos ⟪l.s.⟫
FanficLa posibilidad de que la mente de Harry haya creado ojos azules y cabellos castaños que le cuentan historias solo para pausar su presente, es demasiado alta para su propio gusto. El día en el que su sueño se materializa no cree ser capaz de declinar...