2: ¿Y si...no quiero?

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― ¡¿Cómo que casarnos?! ―Shang Qinghua ya estaba hiperventilando―, ¡¿usted y yo?!

― Ten por seguro que no hubiera pensado en ti, sino no fuera porque no existe un candidato más cercano a los estándares descritos ―resopló Mobei Jun.

― Pero...no puedo, esto va contra toda mi moral, yo...

― Shang Qinghua ― Mobei Jun lo miró con esos impactantes ojos azules, tenían un brillo inquieto y cansado―. No pienso obligarte, si deseas negarte esto no afectara en nada tú trabajo, solo te pido que leas todo el documento en extenso y lo consideres.

― Bueno, tal vez... yo...lo pensaré ―dijo metiendo la carpeta negra dentro de la mochila.

Podía sentirse el ambiente tenso e incómodo dentro del auto.

― Gracias ―dijo Mobei Jun mirando al frente, evitando ver a Shang Qinghua―. No te preocupes por la reunión de mañana; asegúrate de leer detenidamente y si tienes preguntas no dudes en contactarme.

Okey ―murmuró abriendo la puerta del auto, está con un pie abajo cuando Mobei Jun habló:

―Qinghua, no puedes hablar con nadie respecto a este acuerdo, sea que lo firmes o no. ―A pesar del tono de voz amenazante los ojos cansados y ojerosos le hacían perder el vinagre en sus palabras.

― Sí señor.

― Y Qinghua ―esta vez si lo miró detenidamente, frunció el ceño― por favor quítate esa cosa de la cabeza.

La puerta se cerró y el auto partió inmediatamente. Confundido Shang Qinghua se tocó la cabeza, descubriendo dos orejas de redondas y peludas, ¡no se había quitado las orejas! Sonrojado y avergonzado se quitó las cosas peludas de ornamentación que usaba para su traje de Invocador; esto no podía ser más humillante.

Subió hasta el departamento de un solo ambiente, tan pequeño que con dar tres pasos tenía la habitación frente a la diminuta cocina, se bañó y se vistió con una camiseta vieja de una banda "BTS" y calzoncillos; le dio de comer al pequeño hámster que tenía por mascota y se tiró a la cama. Durante una hora solo dio vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, estaba inquieto. ¿Por qué Mobei Jun le habría pedido tal cosa? No pudiendo más con su ansiedad, abrió la mochila sacando la carpeta con el logo de Industrias Mobei.

Un contrato de matrimonio.

Paso casi toda la madrugada terminando de leer cada hoja, solo pudo dormir unas horas cuando los ojos se le cerraron solos antes que el despertador sonara y tuviera que vestirse para ir a trabajar. Antes de irse miró la carpeta en la cama con duda, pero terminó tomándola y volviéndola a meter en la mochila azul que usaba para ir hasta el edificio corporativo. De caminó compró dos cafés; uno negro y sin azúcar, y otro de vainilla y con dos sobres de endulzante. Llegó al último piso para poner en orden todo antes que llegara su esposo... ¡jefe! Mierda.

Aprovechando la media hora libre que tenía de desayuno, se metió a Netflix para ver un capítulo de su dorama favorito del momento, mientras tomaba café, pero descubrió que a penas si estaba poniendo atención. A cada momento desviaba la mirada hasta la carpeta negra, la sacó para leer específicamente la hoja número 12.

"...Ninguna de las dos partes podrá sostener relaciones sentimentales ni sexuales fuera del matrimonio. Cualquier necesidad física sexual será cubierta por el cónyuge."

O sea, si aceptaba firmar y ser el esposo de Mobei Jun, ¿tendría que acostarse con él?

No era que realmente le preocupara ya se había metido por detrás varios dildos monstruosos con forma de verga de dragón o tentáculo, pero le preocupaba no poder llevarse bien o cumplir con los estándares de Dawang. Por otro lado, que era la parte más tentadora del trato, además del sexo...

𝔾𝔸𝕄𝔼 𝕆𝕍𝔼ℝDonde viven las historias. Descúbrelo ahora