Olivia, seductora e inigualable.
Maximilien, serio y arrogante.
Nadie hubiera podido imaginar que detrás de esos ojos claros, juntos crean el caos, la destrucción y son seres inmortales ante la justicia. Nadie pensaría que son asesinos y menos ellos...
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CAPÍTULO 1
Nueva York, Estados Unidos.
Olivia.
Detalle varias veces las letras impresas en cursiva. Otra invitación nueva, otra vez. He rechazado como tres cartas de invitaciones a un evento estúpido que ha querido que asistiera, pero no estaba con ganas de involucrarme en los negocios de nadie y menos si tendrían que tratarse los de mi padre. Se su secreto oscuro, ese maldito secreto que ha estado escondiendo detrás del rostro de mamá y mi hermana, solo yo sé la clase de persona que es aparte de ser padre y tener un cargo más alto del que ya adquiere.
"TE ESPERO EN MI GRAN EVENTO DE SUBASTA DE CUADROS"
AVISAR CON ANTICIPACIÓN LA PRESENCIA.
Bean Thompson.
No, no me gusta esto. No me gusta estar rodeada de demasiada gente hipócrita que solo se mantienen bajo costillas de mis padres por su propio beneficio o sino, querer quitarle el puesto nuevo que adquirirá mi padre. Es más importante en su carrera. Ser el próximo ministro económico de su actual partido político. De tan solo pensar y analizar sus posibles consecuencias con su nuevo trabajito me causa jaqueca, así que sin importarme mucho guarde la nota en el sobre blanco con destellos bordo en los costados y lo guarde en mi bolso donde está mi celular junto con mis demás productos importantes femeninos.
Enfoque mis ojos Rebecca mi maquilladora y John mi peluquero que hace ondas con mi cabello rubio. Aplicando aerosol al igual que algunos brillos en él, acomodando mis ondas y luego me pide que me levanté de la silla, me quité la bata de seda dejando al descubierto mi cuerpo esbelto cubierto por dos piezas de ropa interior blanca y la maquilladora se inclina un poco para pasar un poco de brillo en mis labios rosados.
—Eres todo un ángel, cariño— dice sonriendo feliz John y me puso unas alas en mis hombros. — Un ardiente angelito eres.
Solo me limité a sonreírle mirando como terminaba de ajustarme bien las alas blancas.
—Mi reina— habla la voz de Liam, mi manager y booker. —¿Lista para brillar en este grandioso día?
—Siempre estoy preparada, nene— le digo sonriendo y él me agarro de la mano dándome una vuelta sobre mis talones.
—Tan segura de ti misma. Me gusta que así seas, reina— me dice sonriendo— Ojala tuviera el privilegio de follarte encima del tocador. Lástima que no seas mi tipo.
—Tú tampoco eres mi tipo— le digo divertida y Liam suelta una carcajada.
Miré a mi manager, mi mejor amigo desde hace cinco años y sobre todo mi compañero en todo momento. Pelinegro, ojos verdosos oscuros, despreocupado, amable y sarcástico. Nunca me he involucrado con él, ni siquiera lo he pensado alguna vez y tampoco quiero pensarla.
