CAPÍTULO 6.
Queens, New York. Estados Unidos.
Maximilien.
Enfoque mis ojos en la figura de mi padre junto con dos personas más que son nuestros socios, se mantienen hablando entre ellos mismos a través de la videoconferencia que habíamos programado para este día jueves en el horario del mediodía y me acomode mejor en mi silla giratoria negra y deslice por la gran mesa de madera oscura los documentos importantes pasándole a mi secretaria que anotaba todo en la agenda y miraba de vez en cuando el horario en su reloj de la muñeca izquierda.
Me despedí seriamente de los hombres que son socios nuestros y mi padre se quedó conmigo todavía, le hice una señal a la pelinegra que rápido recogió su agenda y los documentos que le entregue para salir de la sala dejándome solo en el lugar.
—Voy a invertir dinero en un hotel en Manhattan— le hable a mi padre y él elevo una de sus cejas— Creo que vendría demasiado bien para mi nuevo proyecto, que me involucre en la compra de un hotel que es buen visto y más para ir distribuyendo dinero en los centros cercanos del lugar.
—Me parece una excelente idea, Maximilien— me dice asintiendo con su cabeza— ¿Qué harás con ese hotel?
—Remodelación, distribuir algún casino y cambios importantes en el ambiente— me encogí de hombros— Incluso podemos hacer la fiesta en ese lugar.
—Quizás podamos organizar la fiesta en ese lugar, hijo— comenta sonriendo y paso una mano por su corbata azul— ¿Se han puesto de acuerdo con Olivia en las fechas, y lugares para la ceremonia?
—No, no hemos hablado. — le respondo seriamente mirando la pantalla de mi celular a mi lado que se ilumino y le preste atención a mi padre— Pero nos reuniremos está misma noche.
—No tarden mucho. Sé que ambos están cumpliendo sus compromisos laborales— me dice asintiendo con su cabeza— Pero tu madre anda volviéndome loco porque piensa que no te estás tomando en serio las cosas, Maximilien.
—No necesito que se metan en asuntos que no les tiene que importar. No quiero su ayuda— brusco le hable— Olivia y yo nos quedaremos una semana acá para organizar todo porque será nuestro casamiento y ella tiene el derecho libremente de elegir lo que quiere a su gusto.
—No quiero escucharte nuevamente que le hables así a tu madre, Maximilien— rudamente se escuchó su voz y alargue mis manos por el teclado— Adelaide es tu madre. Tu mamá. Si quiere ayudar lo hará, porque nosotros armamos el matrimonio y decidiremos los preparativos si quiere tu madre.
—Tú sabes perfectamente como son las cosas. No necesito que me sigas controlando como un niño— le digo seriamente.
Finalice la llamada dejándolo con las ganas de reprenderme nuevamente como si fuese un adolescente descontrolado como en aquellas épocas que vivía enfadando a Jerome, por causa de las fiestas llenas de alcohol, drogas y sexo desmoronado por las hormonas. Pero no me gusta que se metan donde no tienen que hacerlo, no tienen que poner sus manos en asuntos que no son de su incumbencia y menos ahora que ellos mismos hicieron un pacto beneficiario con los Thompson para mantener un acuerdo económico y empresarial unidos comprometiendo a sus hijos, sacrificando esas pobres almas trabajadoras y a la vez siendo sus perros falderos.
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Deseo Incontrolable ©
Science FictionOlivia, seductora e inigualable. Maximilien, serio y arrogante. Nadie hubiera podido imaginar que detrás de esos ojos claros, juntos crean el caos, la destrucción y son seres inmortales ante la justicia. Nadie pensaría que son asesinos y menos ellos...