Capítulo 13

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CAPÍTULO 13

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CAPÍTULO 13.



Freudenberg, Alemania.


Olivia.

He vivido toda mi vida rodeada de lujos, crecer en una mansión inmensa que destellaba la admiración por bañarse por el interior en oro al igual que destellos plateados en el living y el tener otros terreros ubicados en el país que Bean solicitaba para distribuir el sucio dinero suyo que ingresaba a sus cuentas de listas negras que mantiene oculta ante los ojos de los grandes empresariales al igual que los partidos políticos, y como así, su candidatura al próximo gobernador electo en California.

Pero me acostumbre a la sencillez rápidamente cuando mis abuelos me hicieron ver el mundo de otra forma, como ellos mismos la veían estando en tranquilidad en Lancaster. La sencillez de mostrarme con naturalidad sin exageración ante los ojos de los demás en la apariencia de uno mismo e implicando que no se trata de algo que no es complejo sino único a su manera con forma de ser lo que está demostrando.

Quizás en algún momento de mi niñez soñé casarme con alguien con admirar de lejos y cerca a mis abuelos siendo ellos mismos estando tan únicos, siendo felices y bromeando juntos pero siempre estando el uno para el otro, llevándome a anhelar en encontrar una persona que se comportara de esa manera conmigo.

—Está preciosa, señora— me habla una mujer castaña acariciando mis ondas sueltas del cabello. — Ya terminamos de aplicar brillo y le avisaremos cuando puede salir.

—Gracias— le agradezco sonriendo y ella sonríe mirándome a través del espejo.

Me levanté de la silla para encaminarme un poco al costado de la habitación inmensa que compartimos con Maximilien desde que hemos llegado a esta mansión que era de su abuelo materno, miré mis manos al igual que el anillo de compromiso sintiendo las palmas sudadas ante los nervios existentes y las lleve contra mi estómago intentando tranquilizarme, no era momento de nervios ahora mismo cuando me estoy por casar, pero toda novia siente la experiencia de los nervios la primera vez que se está por casar con alguien que ama y, a pesar que no amo con todo mi corazón a Max, me siento plenamente emocionada por tenerlo conmigo en mi vida y dejando de lado todas sus responsabilidades para solo darme su tiempo a mí.

Es un detalle demasiado hermoso cuando un hombre hace eso por una mujer.

Pero es la primera vez que un hombre me presta esa atención y me siento afortunada que sea Maximilien.

—Ya terminamos de guardar todo, señora— me informa la misma mujer castaña, Grecia, mirándome y asentí con mi cabeza viendo como salían las demás de mi habitación— Que disfrute su día. En un momento vendrán a buscarla.

—Gracias por el trabajo y las palabras, Grecia— le agradezco una vez más sonriéndole y ella sonriendo para irse del lugar dejándome sola nuevamente.

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⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

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